Revista Opinión

Elecciones en la red

Publicado el 23 marzo 2015 por Polikracia @polikracia

La transformación de nuestra sociedad hacia una sociedad 2.0, se ha producido paulatinamente a lo largo de esta última década, este proceso se ha ido originando a raíz de la contínua e imparable masificación del acceso a Internet (el 74% de los hogares españoles en 2014, 70% en 2013) convirtiéndose en el principal motor de la nueva era tecnológica.

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En esta era comunicativa contemporánea las nuevas redes sociales han copado un protagonismo inaudito e impensable (el 51% de la población española participa en alguna de ellas), incidiendo en todos las esferas de la actualidad y entrando de lleno en el complejo mundo político de nuestro país.

Hoy en día saber desarrollarse en este nuevo tablero tecnológico resulta vital para todos los entes políticos. La visión que enmarcaba a la política únicamente en las instituciones ha quedado totalmente desfasada, ahora las plataformas 2.0 actúan como un nuevo elemento, un nuevo juez que exige que se le rindan cuentas, ya no es suficiente aclarar los hechos ante los órganos oficiales la sociedad demanda más y ahora dispone de herramientas para hacerse escuchar.

En este nuevo contexto social, los medios de comunicación ya no son los únicos filtros de la información, ya no albergan esa posición privilegiada a la hora de componer la agenda de intereses de la sociedad, siguen siendo claves, por supuesto, dado que en muchos casos forman parte de conglomerados empresariales que disponen de mucho capital, de mucho poder, pero existen otros canales de obtención de la información. La teoría acuñada por Maxwell McCombs, de la “agenda-setting”, pierde fuerza debido a la entrada de nuevos actores que pueden ejercer el papel de “filtradores”.

A los partidos tradicionales este cambio contextual les ha supuesto un traspiés, ya no pueden controlar todo lo que sucede, esta pérdida de control se traduce en un goteo incesante de nuevos “competidores”, que llegan teniendo un rol secundario, pero poco a poco se van despojando de los tabúes históricos y se atreven a mirarlos de frente. Estos nuevos partidos se caracterizan, entre otras muchas cosas, por su destreza en el arte 2.0, mucho más que los rudimentarios y acomodados partidos tradicionales.

Un claro ejemplo de esto es Podemos, que desde sus inicios se ha desmarcado como el claro dominador de este aspecto imponiendo su hegemonía hasta alcanzar y superar ampliamente a los dos partidos clásicos PP y PSOE. Desde su formación su superioridad ha sido manifiesta (quedando claramente demostrado en las elecciones europeas del año pasado, consiguiendo más de 1,2 millones de votos con un presupuesto mucho más reducido que las dos grandes formaciones y con un apoyo mediático mucho más reducido), siendo el partido con más seguidores tanto en Twitter como en Facebook.

Hegemonía mantenida de forma ininterrumpida desde su nacimiento hasta mediados de febrero, hasta que Ciudadanos, un partido que se funda en Cataluña hace nueve años pero que como dijo Francesc de Carreras “ha necesitado salir de Cataluña para darse a conocer” (debido al lobby independentista imperante entre los medios catalanes que han tratado de silenciar al partido, tema aparte), se posicionó como partido con más crecimiento en las redes y con una grado de potenciación mediático más elevado.

Este cambio de tornas, o si más no, este equiparamiento de fuerzas, entre las dos formaciones emergentes, ha ido acompañado del imparable crecimiento del partido catalán en las encuestas, situándose ya como 4ta fuerza y muy cerca de la cabeza. Se añade otra llave más al múltiple candado en el que se ha convertido el acceso a la Moncloa.

Desde principios de marzo (y mediados de febrero), la formación política con un incremento más elevado de seguidores en Twitter ha sido la liderada por Albert Rivera (+31.985), casi duplicando a Podemos (+18.897) y dejando ya muy atrás al PSOE (+10.503) y al Partido Popular (+10.202). A lo largo de lo que llevamos de 2015, el partido de Pablo Iglesias ha tenido un auge de más de 82.000 seguidores y ya en segunda posición y acercándose poco a poco se sitúa Ciudadanos, con un incremento de 63.527 “followers”.

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En la otra gran plataforma 2.0, Facebook, se sigue el mismo patrón, Podemos era y sigue siendo el gran dominador pero ya se va vislumbrando como un rival potencialmente peligroso y cada vez más cercano a Ciudadanos, que desde las elecciones de mayo del año pasado ha tenido un aumento del 390% (hasta los 152.310) situándose como el segundo partido con más apoyo en la citada red social, sólo por detrás de Podemos (que gobierna desde las alturas con casi 950.000 “fans”) y siendo la organización política que más crece en España con un auge de más de 30mil seguidores los últimos 30 días por delante de los 5,5mil de Podemos o los 2mil del PP.

En lo que a los lideres de los principales partidos se refiere, se sigue el mismo patrón, Pablo Iglesias es el dominador absoluto en ambas plataformas de forma abultada (321.480 fans en facebook y casi 900mil en twitter). Albert Rivera, por su parte, ha conseguido desmarcar parcialmente, en lo que llevamos de mes, al líder de Podemos.

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La manera de gestionar las plataformas online y de incidir en el mundo virtual de C’S se basa en la idea que impulsó Barack Obama (durante su primera campaña presidencial en 2009), a partir de la llamada “Red Ciudadana”, una red de voluntarios que se encargan de gestionar las redes, un ejercito de community managers al servicio del partido. Los resultados son obvios, ese poder de influencia en la red te permite gestionar de manera más eficiente las críticas o ataques de otros partidos políticos y volver dichos impulsos negativos en favorables para tus intereses. Por ejemplo, un “ataque” de un miembro del PP (Rafael Hernando) a Ciudadanos equiparando a dicho partido y a su líder, Albert Rivera, con la mascota del mundial de España 1982, Naranjito, se convirtió en una ola de apoyo y auge mediático hacia el partido naranja, con un aumento de seguidores en las redes muy notable durante ese periodo y siendo tendencia nacional durante casi un día (#YoSoyNaranjito).

Como vemos la batalla política se traslada del congreso de los diputados al nuevo parlamento 2.0, las elecciones se juegan en la red y más teniendo en cuenta la situación que vivimos actualmente, último año de la legislatura y posiblemente del sistema bipartidista (ya se observó ayer en las elecciones andaluzas donde tanto C’S como Podemos entraron con fuerza debilitando notablemente al PP). Situación en la cual 2 de los 4 partidos que van a tener más votos y representación en los próximos comicios (así lo dictan los sondeos), Podemos y Ciudadanos, se hallan fuera del Congreso, por lo tanto fuera del “debate oficial”.

Este hecho provoca un sesgo representativo, la subreperesentación de partidos potencialmente mayoritarios y emergentes como C’S y Podemos hacen necesaria la irrupción de otros métodos, otras vías comunicativas (como la utilización de las redes y soportes digitales), para que ambas formaciones puedan seguir en primera linea, en las trincheras de la precampaña electoral. El debate pasa del parlamento a la red, donde si están y si pueden tener voz y es en ella donde Ciudadanos esta dando un zarpazo.


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