Aviso: Este post se publicó originalmente en Cooking Ideas, el blog de Vodafone en el que colaboro semanalmente.El próximo 20 de noviembre se celebran nuevamente elecciones generales en España, y soy de los que creen que no está todo decidido. No importa que la prensa ya dé por ganador a uno y perdedor a otro. Hasta el rabo todo es toro, y aunque se confirmen las previsiones “vox populi” queda por ver hasta donde llegan las diferencias y si hay sorpresa.Como estudioso de la comunicación y el marketing digital y con el gusanillo que te queda por dentro cuando se ha participado en varias campañas electorales profesionalmente, más que los esloganes y la estética de cada campaña, lo que voy a seguir de cerca esta vez es el impacto que las famosas redes sociales pueden suponer en las diferentes propuestas de los partidos.Lo haré como siempre, con una mirada crítica y escéptica, porque… ¿hasta donde llega la influencia y el cambio de paradigma? Y, si la publicidad ha muerto, ¿habrá muerto también lapropaganda?A mí me gusta más formular preguntas y analizar realidades, que hacer previsiones de gurú, así que plantearé este post como la primera parte de otro que debería escribir cuando hayan pasado las elecciones, o actualizar el presente. Aunque quizá, el resultado lo haga innecesario y se responda solo.Parto de la base de que nunca tuve muy claro que el caso Obama, fuera realmente como lo cuentan. Y ya sé que muchos pondrán el grito en el cielo, ante mi contumaz negación de los hechos apostólicos, pero sin negar la magnífica campaña del presidente americano para llegar a serlo, me pregunto qué hubiera pasado en igualdad de condiciones, si los dos candidatos hubieran explotado los mismos medios con la misma intensidad.
Quiero decir, que es muy fácil atribuirle el mérito de la victoria a sus acciones 2.0, pero entonces ¿qué pasaba cuando no habia? ¿Por qué ganó Bush las anteriores? ¿Y por qué las ganó Clinton? ¿Tenían twitter?
Lo que más me atrae, como digo, de éstas próximas elecciones, es poner a prueba las teorías de unos y de otros, porque está claro que ninguno de los grandes partidos va a dejar de lado los medios sociales.Y esta vez, los candidatos se enfrentan a una oposición con la que no contaban, que son los partidarios del “no les votes” , gérmen de “los Indignados”, que intentarán utilizar esos mismos medios en su contra, lo que puede desvirtuar el resultado del presunto estudio. Aunque personalmente creo que la iniciativa “no les votes” es un poco “tramposa” porque resultará muy fácil atribuirse el mérito de la abstención, que tal y como están las cosas, será probablemente alta. Pero esa es otra historia en la que no quiero profundizar ni aquí, ni ahora.
Yo, actualmente, y mientras no me demuestren lo contrario creo que, como la publicidad, los medios sociales reflejan la sociedad, no la crean.
Y también creo, que igual que las encuestas, muy científicas y técnicas, han fallado los pronósticos más de una vez, el hecho de que una determinada opción, ideología o corriente sea la más ruidosa, no determinará el resultado. No tengo tanta fe en el poder de las redes sociales como otros, es verdad.Así pues, ahora mismo, sólo podemos marcar cómo están las cosas en el punto de partida. Hacer un seguimiento día a día hasta las votaciones, y ver qué ha pasado finalmente. Y aunque está muy claro que la ley electoral actual no permite hacer cálculos de proporcionalidad, sí podemos jugar a cotejar el número de seguidores en Facebook, con los votos finales absolutos que consigan, y ver qué pasa.Y por supuesto, también habrá que tener en cuenta los seguidores de Twitter, ya que en términos de comunicación política, pueden ser mucho más interesantes, pues la opción “Follow” es menos comprometida que la “me gusta” para los que no desean revelar públicamente a quién escuchan, siguen, o de quienes son “fans” (Algo que con la nueva opción suscribirse de Facebook ya no es tan diferente, por cierto).
Aunque para sacar mejores conclusiones, habrá que tener en cuenta otros valores, como la capacidad de viralizar (“Están hablando de ésto” en Facebook y los RT de Twitter).En cuanto a los fans o amigos de los candidatos, no es posible hacer un estudio equitativo, sería sumar peras con manzanas. Por ejemplo, Rajoy tiene página personal y fan page y lleva más tiempo como camdidato oficial que Rubalcaba, y Llamazares aparentemente usa sus perfiles de modo personal y sin fan page que refleje el número de seguidores. Curioso.Por tanto, esta es la situación actual, con la primera sorpresa relativa. Ni PP ni PSOE:Equo, ganaría las elecciones. ¿Será así?