La historia del automóvil hace hincapié en el lujo, el confort y la estética por encima del rendimiento, la potencia, la velocidad y la seguridad, y en ese sentido, los coches a gasolina han dominado el panorama mundial ya que en esencia, han sido la única opción a la que las grandes compañías de automóviles han apostado todos sus recursos para convertirlo en un artefacto popular.
Sin embargo, la historia puede llegar a cambiar en cualquier momento, siempre y cuando se hagan todos los ajustes que aún se hacen necesarios. La Universidad de California ha lanzado recientemente el "Proyecto EV" que les permite a los usuarios de coches a gasolina, simular su desplazamiento en un vehículo eléctrico (Electric Vehicle por sus siglas en inglés).
Este proyecto encontró que un viaje de ida y vuelta de 50 millas puede ahorrarle al dueño de un Chevrolet Volt modelo 2014, y que es un automóvil eléctrico, cerca de $1,000 dólares de costos anuales de combustible en comparación con conducir un Ford Focus 2014 a gasolina. Solo existe hasta ahora un problema, y es que los coches eléctricos puros son más caros que los coches tradicionales con motor de combustión interna. Por ejemplo, un Ford Focus 2018 cuesta menos de $18,000 dólares, mientras que el Chevrolet Volt de ese mismo año, cuesta más de $34,000 dólares, y el nuevo Chevrolet Bolt modelo 2019, cuesta más de $38,000 dólares. Teniendo en cuenta que estamos haciendo referencia a los precios de los automóviles en el mercado norteamericano, según el país donde estos autos sean vendidos, sus precios pueden duplicarse o triplicarse por concepto de impuestos, aranceles y demás.
En pocas palabras, al dueño de un automóvil Chevrolet, le toma más de 17 años recuperar los costos extras de comprar un automóvil eléctrico. Dicho de otra forma, los vehículos eléctricos no son adecuados para los usuarios que planean aferrarse a un automóvil durante un largo período de tiempo. Los vehículos eléctricos cuestan actualmente mucho más que los automóviles a gasolina. Necesitan infraestructura de recarga de apoyo que aún no existen en la mayoría de países, talleres de mantenimiento especializados, y en general, toda una infraestructura que sigue brillando por su ausencia.
La dura realidad
De igual forma, cuando se trata de kilometraje y alcance, con una sola carga, la mayoría de los vehículos eléctricos de élite como el Tesla Modelo X, el Modelo S, el Modelo 3, el Chevrolet Bolt y el Nissan Leaf, pueden recorrer como máximo sólo 400 kilómetros en promedio, en un escenario ideal. Este número puede disminuir drásticamente en días fríos o calurosos con el calentador o el aire acondicionado funcionando a plena potencia. En este caso, los vehículos híbridos y a gas son mejores opciones. Para obtener el máximo potencial de los híbridos, algunos compradores de automóviles optan por los híbridos enchufables. Un Chevrolet Volt 2018, por ejemplo, tiene 85 kilómetros de autonomía eléctrica, y un tanque de gasolina convencional para viajes más largos de hasta 670 kilómetros de rendimiento.
Es cierto que los vehículos eléctricos son respetuosos con el medio ambiente, pero no son necesariamente limpios, ya que para generar la electricidad que necesitan, se deben construir las famosas baterías de iones de litio, cuyo componente principal, debe extraerse del suelo. Químicamente, el litio es un metal alcalino corrosivo que elimina los derivados gaseosos peligrosos cuando entra en contacto con la humedad, lo que resulta en una mayor contaminación del medio ambiente durante su proceso de extracción. En la aplicación práctica, esto puede causar que los vehículos eléctricos emitan gases peligrosos o incluso que se incendien por sí solos si no se revisan periódicamente de forma adecuada.
Por otra parte, los coches a base de combustible pueden ser fácilmente reconstruidos, sus motores intercambiados y los combustibles filtrados, ya que las compañías que los producen, llevan muchos años optimizando todos los procesos relacionados, lo que todavía no sucede con los automóviles eléctricos.
La tecnología de los "autos del futuro" es todavía muy joven y mucho más costosa que la de sus hermanos a gasolina. Los vehículos eléctricos pueden ser más fáciles de cargar, pero cuestan mucho más a mediano y largo plazo. Incluso las baterías eléctricas más avanzadas se desgastan con el tiempo y necesitan ser reemplazadas con frecuencia, y su reemplazo no es precisamente algo económico.
La realidad actual es que, mientras que las gasolineras se pueden encontrar 1 cada kilómetro, en una carretera regular, las estaciones de carga de baterías para autos eléctricos no se encuentran disponibles casi en ningún país del mundo.
Otro agravante adicional, es que las personas que viven en apartamentos o condominios pueden tener dificultades a la hora de cargar sus vehículos en casa. Pensando en ello, las fábricas de autos eléctricos han desarrollado “plugins de carga”, pero a un muy alto costo y por ahora solo se encuentran disponibles en los países más avanzados, como los Estados Unidos y algunos lugares de Europa Occidental. Esto sin lugar a dudas, se convierte en un factor de ruptura para muchos nuevos compradores y le ocasiona grandes dolores de cabeza a los propietarios de esta clase de automóviles en los países en desarrollo.
La seguridad es la clave
Un punto adicional en contra a tener en cuenta en los automóviles eléctricos, es el factor seguridad. En teoría, los autos eléctricos son menos combustibles que los autos a gasolina. Sin embargo, una vez que se prenden fuego, los autos eléctricos son muy difíciles de apagar. En octubre de 2017, un Tesla Modelo S se incendió después de estrellarse contra una barrera de hormigón en la autopista Ahlberg en Austria. El incidente requirió de 35 bomberos para extinguir el incendio. Recientemente, el 23 de marzo de 2018, un Tesla Modelo X chocó de frente contra un terraplén sin blindaje en la Carretera 101 en California y se incendió. Dicho incendio cerró la carretera durante 5 horas, lo que se convirtió en una pesadilla para los bomberos. Las potentes baterías de iones de litio alimentan el fuego con facilidad, haciéndolo mucho más caliente que un incendio provocado por gasolina y liberan un calor intenso mucho más difícil de extinguir.
Los incendios provocados por baterías de iones de litio, generan una serie de humos tóxicos, y gases que representan un mayor peligro para el medio ambiente. En la actualidad, sólo un puñado de los fabricantes de vehículos eléctricos tiene la experiencia necesaria para hacer frente a estas emisiones y peligros eléctricos subyacentes. Los bomberos estatales y los trabajadores en general no siempre son conscientes de este "peligro tecnológico", ya que los vehículos eléctricos no vienen con un manual detallado que explique “cómo apagar el fuego de su vehículo eléctrico".
Los recientes accidentes ocurridos, están sacando a la luz las debilidades de los autos eléctricos comparados frente a los automóviles a gasolina o diésel, que en caso de colisión, en este sentido, pueden ser más seguros.
En pocas palabras, aún le queda mucho desarrollo por hacer a la industria de los autos eléctricos. Si bien es una industria prometedora que puede revolucionar el transporte en las próximas décadas, aún necesita ofrecer sistemas mucho más seguros y menos contaminantes, sobre todo en el proceso productivo de las baterías que alimentan esta clase de máquinas.
Por ahora, los autos de combustión interna, seguirán dominando el mercado y ganando la batalla, mientras la ciencia hace los avances necesarios para superar todas las dificultades que aún enfrentan los automóviles eléctricos.