21 oct. 2015
¡Mira que a mí me gustan las casas vividas, con alma, con cierto regusto viejuno, pero esto que os traigo hoy es ya el "no va más"! No sé qué os parecerá a vosotros la vivienda que el popular artista francés Théodore Fivel tiene en la zona de Les Halles de la capital parisina, en un edificio del siglo XVIII, pero yo tengo sentimientos contrapuestos ante ella.
Que es una casa vivida, de eso no hay ninguna duda, que está llena de objetos personales, con alma, tampoco. La decadencia (o carácter "viejuno", como me gusta más a mí denominar este tipo de espacios) bien entendida y, sobre todo, con un punto de elegancia, tiene un encanto especial, pero no sé, en el apartamento de Théodore hay algo que me chirría. "Viejuno" no significa viejo y "bohemio" no quiere decir "dejado" (sucio, roto, me atrevería a decir) y esa es la sensación que me transmite esta vivienda.
Hay elementos que me encantan, piezas desubicadas (como esa bañera exenta negra que actúa de cabecero) que tienen su punto transgresor, valiente, pero las paredes sucias, el sillón rojo roto, la cama que más bien parece un "camastro"... No sé..., ¿vosotros qué opináis?
Procedencia de las imágenes: The Socialité Family