Fábula de Aracne. Velázquez s.XVII
Ampliación por Juan Gª de Miranda s.XVIII
El factor consciente a la hora de elegir espacios para eventos es una tendencia que se ejecuta de forma sistemática acorde a las necesidades y la intencionalidad del marketing empresarial.
Y aunque este estado psíquico de lo consciente, sea la capa más juiciosa y resolutiva de la mente en la toma de decisiones, lo relativo al inconsciente refrenda inseparablemente, al cuerpo de nuestras capacidades aderezándolo con el valor inestimable, del sentimiento y la motivación.
La consciencia da cuenta de las vivencias mediante un acto de percepción interna que se acomoda en el listado de nuestras preferencias.
De esta manera, la selección de espacios se realiza teniendo en cuenta el desafío lúcido, cuidadoso y pretendido entre los valores: funcional, emocional y de responsabilidad social a cargo de una empresa que desea ser marca, con las predilecciones del usuario-fans que la comparte y extrae su utilidad en el rumbo competitivo del mercado.
Un ejemplo de competencia entre dos facturas se observa en el tema pictórico sugerido por Velázquez en la fábula de Aracne.
En este lienzo, se representa a una mujer mortal que posee gran habilidad para el tejido, la cual, reta a la diosa de la artesanía, Palas Atenea o Minerva, para saber quién es la mejor tejedora. Es una rivalidad expresada conscientemente y conseguida a través de varios planos del cuadro que concede al espacio del mito una enigmática atmósfera de significados bajo una aparente y sencilla escena cotidiana.
Poseer la certeza de lo que queremos para nuestra empresa es discernir con seguridad en la elección de espacios para eventos.
De este modo, se ajusta el proceso consciente tan magistralmente como lo hiciera Velázquez en su obra.