Revista Arte
Somos seres sociales que conviven de conformidad con el grupo y que solicitan de su comunidad, un estilo de vida en el cual ubicarse, ya sea para sentirse útil, para verse moderno y a la última, o en definitiva, para hallarse bien consigo mismo.
Seguimos pautas marcadas por la moda que de forma repetitiva y aparente gobiernan nuestros ámbitos de desarrollo socio-cultural. Convertimos el criterio de nuestros gustos en un mecanismo regulador que vaya en función de las costumbres de una época.
Solamente en el espacio elegido y específico para el Coliseo romano se apuntaron tendencias dictadas por la moda de aquel tiempo en el cual, los espectáculos de ejecuciones en la arena, tanto de cristianos como de gladiadores, en los que se calcula murieron entre 500.000 y 1.000.000 de personas, alcanzaron cotas de popularidad tomándose como algo al uso para esas celebraciones.
Este era símbolo de grandeza y poder, un icono para la Roma imperial que empatizaba con las conductas de las personas que concurrían a tales eventos.
Pero el cambio, en torno a nuevas hegemonías gubernamentales, atrajo distintas formas de entendimiento modificando comportamientos humanos, así, el Coliseo con los primeros años del cristianismo, fue convertido en Santuario en honor a los prisioneros martirizados, y en la actualidad, continua su prestigio como atracción turística.
De este modo, un evento con sus miras puestas en la moda o las tendencias adoptadas por su época, bien puede ser más productivo y atractivo, debido a lo que supone el factor humano cuando se tiene en cuenta el valor emocional en el proyecto.