LA IRREGULARIDAD
Se denomina irregularidad a las variaciones de caudal del río a lo largo del año. En la Península Ibérica los ríos presentan una gran irregularidad debido a la mala distribución de las precipitaciones a lo largo del año. Así pues, una característica de la mayoría de los ríos peninsulares son sus fuertes crecidas y pronunciados estiajes.
El término crecida hace referencia a un aumento extraordinario del caudal de un río, son los momentos de máximo caudal del río.
Fuertes crecidas acompañan a lluvias torrenciales o deshielos rápidos de la nieve de las cumbres. Las crecidas más espectaculares se dan en el área mediterránea a fines de verano o principios del otoño debido a la gran torrencialidad de las lluvias asociadas a la gota fría. En los ríos de la vertiente cantábricas las crecidas suelen ser invernales. Suelen causar pérdidas catastróficas, materiales y, a veces, humanas.
Casco Viejo de Tudela. Marzo, 2015
Fuerte crecida del Esla en Enero de 1939
El gráfico pertenece al trabao de Amalia Mª Arango, titulado "Impacto de las inundaciones en España, 1990-2010".Oviedo, junio 2012. Se puede consultar en la Web http://digibuo.uniovi.es/dspace/bitstream/10651/3954/6/TFM_Amalia%20Mar%C3%ADa_Arango_Selgas.pdf
Se entiende por estiaje una bajada considerable del caudal de un río, es el momento de su caudal más bajo. Los estiajes son propios de la estación veraniega. También es en el área mediterránea donde se dan los estiajes más pronunciados. Si se alargan los períodos de estiaje pueden poner en peligro el abastecimiento humano de agua o los regadíos.
Para medir la irregularidad interanual se utiliza la siguiente fórmula: se divide el caudal medio más caudaloso entre el caudal medio menos caudaloso (tomando una serie suficiente de años en los dos casos). Si el resultado es 3 ó menos hay regularidad; entre 3 y 7 significa cierta irregularidad; y más de 7 indica gran irregularidad.
Ejemplos de fuertes irregularidades
El Ebro alcanzó 23.000 m3/seg. en 1948 y 33 en 1929; el Duero alcanzó en Toro 1 m3/seg. en 1923 y ha llegado a superar los 2.000 m3; y el Júcar llegó a los 5000 en 1982 (su valor medio es 50).
De todas formas hay que señalar que, en la actualidad muchos ríos peninsulares dispones de embalses de cabecera que regulan el caudal del río, evitando, en lo posible, fuertes crecidas y estiajes.
LOS MATERIALES DE TRANSPORTE
Los ríos erosionan el suelo por el que discurren arrancando materiales (rocas, cantos, gravas, tierra...) que transportan aguas abajo. Tienen mayor fuerza erosiva y poder de arrastre en su cabecera, la capacidad de arrastre está en función de la inclinación de la pendiente y de la velocidad de las aguas. A lo largo de su curso, cuando disminuye su velocidad, los ríos van depositando los materiales que transportan comenzando por los más gruesos. En su desembocadura, el depósito de estos materiales puede originar deltas.