Revista Cultura y Ocio

Elevacion. Stephen King

Por Mientrasleo @MientrasleoS
Elevacion. Stephen King
     "Scott Carey tocó a la puerta de los Ellis, y el doctor Bob (que era como los residentes de Highland Acres seguían llamando a Bob Ellis a pesar de que llevaba cinco años retirado) le invitó a entrar.
     - Bueno, Scott, pues aquí estás. A las diez en punto. Dime, ¿en qué puedo ayudarte?
     Scott era un hombre corpulento, de metro noventa y tres descalzo, que había empezado a echar barriga.
     - No estoy seguro. A lo mejor no es nada, pero... Tengo un problema. Espero que no sea grave, pero pudiera ser."

     Empecé hace años con aquellos formato en bolsillo rojo, luego seguí completando mi colección con aquellos horrendos de lomos dorados y ahora voy comprando las novedades. soy fan, es lo que hay. Hoy traigo a mi estantería virtual, Elevación.
     Conocemos a Scott, un hombre de mediana edad, divorciado y que pasa de los cien kilos. Al menos eso pesaba justo cuando le íbamos a conocer, porque una vez que va a visitar a su amigo médico, ya ha bajado los primeros kilos. En realidad ese es el motivo de su visita, Scott está perdiendo peso. Y lo hace de una forma poco común, ya que no adelgaza "por fuera". Ni siquiera le afecta el peso de aquellas cosas que tiene en sus manos si se sube a la báscula con ellas. Visto ese camino... lo más probable es que termine por desaparecer. Aunque tal vez logre congraciarse con sus vecinos antes de hacerlo.
     Todo es posible en Castle Rock. Eso es lo que nos ha enseñado Stephen King a los largo de los años y también que no es del todo raro que un personaje lea un libro de Paul Sheldon o que, como sucede en este caso, alguien recuerde que ya no existe la escalera del suicidio. Y dentro de estas rarezas, Castle Rock parece un lugar proclive a que la gente tenga problemas con su peso: ya sea por maleficios o caramelos, el peso parece algo importante para los habitantes del lugar. aunque ahora hay una diferencia: uno no se ve más delgado y no teme desaparecer a base de hacer agujeros al cinturón. Lo que le sucede a Scott es algo así como estar en marte. Su cuerpo diferencia entre peso y masa y, si bien mantiene su masa, solo el peso se verá afectado como si la tierra hubiera decidido rebajar la gravedad con la que le atrae.
     Así las cosas Scott no encuentra modo de ponerle freno a tan inusitado síntoma o enfermedad, a saber, y curiosamente, el dejar de preocuparse por él mismo le hace consciente de su entorno. Así es como comienza a fijarse en DeeDee y Missy más allá de sus perros. Este matrimonio que llegó al pueblo hace unos meses con la idea de abrir un restaurante, se ha chocado de bruces con unas mentalidades que van más allá del conservadurismo ya que, amparándose en el rechazo a su matrimonio entre mujeres, no dudan en ser groseros y evitar cualquier tipo de trato con ellas que no sea un comentario o broma de tintes crueles. Tengo que decir que en este caso, lo terrorífico no es el protagonista cuarentón que se encuentra de repente en una situación que lo convierte en pobre hombre (algo habitual en los libros del maestro del terror) sino en la indiferencia de quienes consideran que, por el simple hecho de no sentirse molestos por la homosexualidad, ya están siendo abiertos de mente. Y esa es la vía que toma Scott, la de dejar esa indiferencia que le proporcionaba oídos sordos, para encontrarse con una hostilidad autoprotectora frente a la que decide luchar. Y yo lo leo y supongo que, sobre todo en los entornos más pequeños, que pueden ser desde un pueblo hasta un bloque de vecinos, no es algo tan lejano lo que King nos plantea. Lo que hace es, como siempre, avanzar por este terreno de una forma rápida, para seguir con la historia del increíble hombre liviano, que busca donde agarrarse de forma literal y figurada hasta que llega un momento en el que ya sabe lo que tiene que hacer.
     Y ese es el final que me reservo. A fin de cuentas estamos ante un relato casi largo protagonizado por cinco personas, dos perros y un gato, que guarda un final que me ha hecho sonreír con mirada infantil.
     Me hubiera gustado un King sorprendente, aunque ya empiezo a no hacerme ilusiones al respecto y disfruto con lo que hay. King es King.
     Elevación es un cuento que trata sobre la tolerancia y la amistad. Aquí el terror se produce cuando no existen esas cosas.
     Y vosotros, ¿habéis leído al maestro del terror?
     Gracias.   

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