“Y los verbos difíciles de conjugar, que se vayan con ojito”
Si es usted uno de esos snobs que aún compran libros de papel y adquiere la nueva edición del diccionario de la Real Academia Española (RAE), advertirá que pesa unos 200 gramos menos que la anterior. Del mismo modo, si es usted uno de esos snobs que ya solo lee en pantalla, notará que el tamaño del archivo es menor que en años pasados. “¿Y eso por qué?”, nos pregunta un anciano que lee por encima del hombro a medida que escribimos. Pues se lo explicamos: porque los académicos han decidido dejarse de tonterías y han eliminado un montón de palabras que ya nadie recuerda cómo se escriben.
En la nota de prensa enviada por la Academia, aseguran que les gustaría facilitar el listado de las palabras eliminadas, pero que les da vergüenza porque no saben si llevan “h” o no, o si hay hiato o qué, o qué córcholis significan esos dos puntitos encima de la “u”, que ahora no les viene. Aprovechan para asegurar que las palabras “hiato” y “córcholis” se han salvado in extremis, la una por fea y la otra por antigua.
Etc Noticias ha podido saber, por medio de un policía disfrazado de catedrático que se infiltró en la reunión de los académicos, que “estaban frenéticos. Alguno salivaba como nuestros perros a la vista de la carnecita fresca en las manifas. Creo que esto es solo el principio: han empezado cargándose las palabras difíciles de escribir, pero creo que ahora van a por los verbos difíciles de conjugar y a por las preposiciones inútiles, como so o cabe, así que mejor que se vayan con ojito”.
Una portavoza de un amigo de un ministro del Gobierno de España, doña María de la Ho, ha querido recalcar que “este recorte no tiene nada que ver con la crisis. Aunque ahora el Gobierno está estudiando la posibilidad de recortar el sueldo de manera proporcional a los académicos, porque, si hay menos palabras, ellos tendrán menos trabajo”.