Els peregrins de Les Useres. Una tradición medieval

Es el último sábado del mes de abril. Son las 7’30 de la mañana y está cayendo una fortísima tromba de agua. Voy mochila en ristre y con el impermeable cubriéndome de arriba abajo. Me dirijo a pié hacia el punto en que hemos quedado los nueve senderistas, hoy peregrinos. Nos dirigimos al Santuario de Sant Joan de Penyagolosa situado en el interior de la provincia de Castellón, a pocos kilómetros del Mediterráneo, al este de la península Ibérica.
Los verdaderos peregrinos de Les Useres subieron ayer los 35 Km. hasta el Santuario. Han pasado allí la noche. Hoy toca el descenso por el mismo camino hasta regresar al pueblo.
Cuando llegamos al Santuario son alrededor de las 11 de la mañana, hace mucho frío, por el camino nos ha caído algo de aguanieve. Comemos un poco en el porche de la hospedería, luego damos una vuelta por los alrededores haciendo tiempo hasta las 13 horas para verlos salir de la iglesia. Van descalzos. Les envuelve un inmenso silencio y el respeto del público presente. Son trece. Una pequeña comitiva que va cantando oraciones de origen medieval les acompaña. Las caballerías llevan el avituallamiento necesario. Gente del pueblo vigila para que nadie interfiera. Se crea una distancia natural suficiente para observar con respeto.
Al llegar al bosque cercano los peregrinos se sientan en el suelo y se calzan. Han atravesado las calles del santuario descalzos. Ahora toca enfilar una fuerte subida por el camino del monte; luego vendrá la bajada en zigzag hasta Xodos (se lee Chodos). Los caminantes siguen a la comitiva a una distancia prudencial para no molestar.
Llegan a Xodos y son recibidos con oraciones, se descalzan para atravesar el pueblo y entrar en la iglesia. Son algo más de las tres de la tarde. Al salir se calzan de nuevo y continúan por sendas, masías y ermitas para llegar a Les Useres. Los caminos suben y bajan montañas. Aprovechamos una de las paradas que hacen para rezar y reponer fuerzas, y pasamos delante. Se está haciendo de noche. Durante todo el camino nos ha respetado la lluvia, ahora empieza a llover un poco. Grupos de personas les esperan aquí y allá para darles la bienvenida en silencio mientras pasan. Sobre el suelo colocan pétalos de flores para que caminen sobre ellos. Un escalofrío sube por mi espalda, uno más. Tengo la sensación de que me he trasladado a la Edad Media.
Es noche cerrada, son cerca de las diez. Desde la última montaña vemos las luces del pueblo allá abajo. No sabemos donde pisamos, debemos ir con tiento; si alguien cae se va a hacer mucho daño. Caminamos por un estrecho sendero unos detrás de otros, en silencio. Les habíamos sacado bastante distancia, pero debido al intenso ritmo con el que caminan nos vienen pisando los talones. Si nos alcanzan tendremos que echarnos a un lado y dejarles pasar. Queremos llegar antes a Les Useres para situarnos bien y verles llegar. Vamos prácticamente corriendo, caminamos a ciegas.
En el pueblo les está esperando muchísima gente. Una alfombra de flores dibuja un camino que nadie pisa. Son los peregrinos quienes tienen que caminar sobre ella. Pasan por la plaza de uno en uno a una distancia de entre 10 y 15 metros, llevan faroles, el silencio y recogimiento son impresionantes. Las familias les están esperando con admiración y respeto. La proeza ha concluido un año más. La tradición de un pueblo y la gente que lo habita lo ha hecho posible. Son más de seiscientos años haciéndolo, desde el siglo XIV.
Les Useres es un pueblecito muy pequeño, de unos 1.000 habitantes. Las familias alternativamente aportan alguien que durante todo el año se ha estado preparando para ello. La formación física es importante, la espiritual también. Se dejan crecer la barba, se mentalizan. El objeto primario de la peregrinación era pedir lluvias. Modernamente se han incorporado otras peticiones, la paz entre otras.
Fuerte tiene que ser el carácter de un pueblo para mantener una tradición así durante tantos años. Mucha necesidad de agua debía haber o mucha fe tiene que tener ese pueblo… o las dos cosas a la vez.
Bien pasada la media noche regresamos a casa después de haber soportado un buen chaparrón por toda la autopista. El tiempo nos ha respetado durante la peregrinación. Satisfechos, contentos, pero agotados.
Caña a (hoy no damos caña)
Completa tu información:
Enlace al reportaje fotográfico.
Vídeo 1 Santuari Sant Joan de Penyagolosa (salida de los peregrinos).
Vídeo 2 Santuari Sant Joan de Penyagolosa (calzándose).
Vídeo 3 Santuari Sant Joan de Penyagolosa (salida hacia Xodos).
Vídeo 4 Santuari Sant Joan de Penyagolosa (en la iglesia de Xodos).


Joan-Llorenç
dalescana@gmail.com
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