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Elysium: la salud es lo primero

Publicado el 31 agosto 2013 por Juancarrasco @JuanCdlH
31.08.13 | 00:00. Archivado en Cine, Estrenos
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Estas fechas (algunos meses antes en Yankilandia) siempre han sido altamente propicias para estrenos de ciencia-ficción, no sé si por ser históricamente catalogados de propuestas ligeras de entretenimiento sin mayores posibilidades o simplemente por cuestión de que el público las recibe mejor en cierta época del año. El caso es que no vamos a romper con la tradición mientras la cosa funcione y Elysium llega a nuestras carteleras como nueva propuesta del inquieto realizador sudafricano Neill Blomkamp, autor de la tan imperfecta como interesantísima Distrito 9. Imagino que en beneficio de captar a todo tipo de público, en un acto promocional el autor sugirió que el fondo de su película “no tiene ningún rollo comunista ni nada de eso”, pero el caso es que si en su anterior propuesta mezclaba un escenario extraterrestre con el apartheid sufrido en su país, ahora aprovecha el enclave futurista para revisar ideales como la sanidad para todos (¿les suena?) o la barbarie que se mueve tras la inmigración (¿les suena?).

Elysium: la salud es lo primero
Matt Damon encabeza con acierto un plantel que se ve trasladado al año 2159, con la tecnología y la corruptela evolutiva inevitable a la que la raza humana va encaminándose a pasos de gigante. El planeta está superpoblado y ruinoso, y únicamente los más ricos (¿les suena?) pueden permitirse el tremendo privilegio de vivir alejados de “la chusma”, en una idílica estación espacial (Elysium) que no sólo supone una urbanización de lujo paradisíaca, sino que también cuenta con sistemas sanitarios que pueden sanar cualquier enfermedad, algo que nadie más alcanza, claro está, la vida confortable sería inviable si no hubiese una parte que sufre y puede morir. El tema llega cuando el personaje de Damon se topa con serios problemas de salud, algún que otro lío legal y mucha convicción para hacer lo que haga falta para solucionar estos asuntos. Para algo es el héroe y pasa tantas horas en el gimnasio…

La cinta sorprende por su ritmo trepidante y una primera media hora larga que atrapa hasta a los más escépticos, con personajes de interés y situaciones más interesantes todavía. Sin embargo, conforme nos vamos acercando al desenlace, la espiritualidad y la reflexión dejan paso al disparo fácil y a demasiados combates a torta limpia por decreto aderezados con las respectivas fanfarrias de la banda sonora, adentrándose lamentablemente en la senda de la vulgaridad y de la fotocopia de algo ya visto mil veces.

Con todo, el devenir de los acontecimientos sólo acaba haciéndose algo largo y tanto muchas de las ideas puestas en liza como actuaciones solventes y estética interesante compensan ese exceso de metraje de desenlace y algunos molestos clichés de género que este director, aún inexperto pero con tremendo potencial, habría estado capacitado para eliminar. El futuro sigue siendo muy oscuro, disfruten de ello en el cine.

Dirección y guión: Neill Blomkamp. Duración: 109 min. Género: Ciencia-ficción, acción. Interpretación: Matt Damon (Max), Jodie Foster (Delacourt), Sharlto Copley (Kruger), Alice Braga (Frey), Wagner Moura (Spider), Diego Luna (Julio), William Fichtner (John Carlyle), Josh Blacker (Crowe), Brandon Auret (Drake). Producción: Simon Kinberg, Bill Block y Neill Blomkamp. Música: Ryan Amon. Fotografía: Trent Opaloch. Montaje: Julian Clarke y Lee Smith. Diseño de producción: Philip Ivey. Vestuario: April Ferry.


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