Llega el verano, y con él la calidez del sol y la brisa de la playa. Las familias se trasladan para darse ese baño en el mar que se ha hecho esperar. Los niños y las embarazadas son los que más se tienen que proteger y no solo a la hora de exponerse al sol con crema protectora o gafas, sino que se deben atender a todos los detalles.
Los siguientes consejos van dirigidos a las embarazadas que quieren pasar un día en la playa con la seguridad de no olvidarse de nada. En primer lugar, ten en cuenta que para realizar un viaje (en este caso a la playa), debes escoger el medio más cómodo. La colocación del cinturón de seguridad de manera que no oprima el abdomen y hacer pausas en el trayecto para pasear ayuda a favorecer la circulación sanguínea en las piernas.
Antes de vestirse se recomienda ponerse la crema, pues con el bañador ya puesto te puedes dejar algunas zonas sin aplicar y estas estarían desprotegidas. Pide a alguien que te ayude con las partes más difíciles. Además pon especial atención a la frente, mejillas y boca, ya que durante el embarazo es posible que te salgan manchas en la piel si no estás bien protegida.
Respecto a la ropa, debemos dejar a un lado el estilo por la comodidad, es decir, debe ser amplia y no tiene que oprimir, el algodón y las fibras naturales son materiales que ayudan a transpirar. Los vestidos veraniegos fresquitos son lo mejor siempre que cumplan estas condiciones. Acuerdate además de llevar gorra.
Una vez en la playa no te olvides de beber mucha agua y no exponerte al sol de 12.00 a 16.00, pues son las horas de mayor calor. Puedes bañarte, pero es preferible que los baños sean cortos, esto y andar por la playa hará que se refuercen tus piernas. Cuando estés cansada o simplemente tomes el sol intenta que tus piernas estén elevadas, así ayudarás a tener una buena circulación.
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