Ahora que saco un ratico, os quiero contar como fue el proceso del embarazo en relación a los médicos. He llevado todo el proceso por la Seguridad Social, no tengo seguro de ningún tipo, y en ningún momento me planteé ir por la privada. He de decir que tuve un comentario de una amiga que cuando le conté que estaba embarazada me dijo “ah y no vas a ir a un médico privado?”. No sé porqué habría que ir por privado… Al tema:
Lo primero que hice cuando el test de embarazo me dio positivo fue ir al médico de cabecera. Un hombre muy majo y algo particular en su forma de ser, que me dio cita para análisis y para el tocólogo, y justo a lo que me iba se acordó de decirme, “ah, y enhorabuena”.
Como tampoco me contó nada, solo me dio papeles, pedí cita con la matrona que estaba una vez por semana en nuestro centro de salud, porque para la cita con el tocólogo aún tenía que esperar un par de semanas. Genial esa visita. Porque claro, una amiga embarazada de unos meses más ya me había adelantado todo eso de qué comer y que no, pero necesitaba que un médico me informara bien (estrés y preocupaciones tontas de embarazada). Además me dijo que volviera cuando quisiera si tenía cualquier duda o problema, o (esto me encantó) cuando quisiera escuchar el latido del bebé, que tenía un aparato para ello.
La siguiente visita fue con el tocólogo, una visita express, se ventilaba a todas las embarazadas de la mañana en dos horas (de hecho nos citaba a todas a las 10, si alguna os ha tocado este médico en Zaragoza, seguro que sabéis de quien hablo). Salí un poco mustia, porque me esperaba un montón de cosas de información, cuidados, o yo que sé, y realmente era más sencillo: fecha última regla, síntomas, datos, fecha para la primera eco, ver que tal los análisis de sangre y fecha para análisis del triple screening.
Justo el fin de semana previo a tener la ecografía, teníamos una comida con todos los amigos del papi (que mejor momento para contarlo), y a mi me daba cosica decirlo porque realmente no habíamos comprobado que todo fuera bien. Así que no recuerdo que excusa puse, y me fui de nuevo a ver a la matrona y le insinué lo del aparato. Me dijo que vale, que probábamos, pero que era muy pronto para poder oír algo. Y…. se oía!!!!!! que emoción! ¡que alegría! Y además la matrona también super entusiasmada. (creo que fui como una vez al mes a oírla)
Y por fin… llegó la primera y tan esperada primera ecografía, que además coincidía con mi 27 cumpleaños. Pasé yo primero, el ecógrafo, un chico joven y simpático, miró lo que tenía que mirar y ya avisaron para que pasara el papi. Fue maravilloso verla (aunque aún no se sabía si era ella o él), y alucinante como se movía ahí dentro, yo que aún no notaba nada!
Siguiente parada: de nuevo al tocólogo. Miró que estuviera bien el informe de la ecografía, y el del triple screening, y me dio cita para la segunda ecografía y para él dentro de dos meses!! Me quedé alucinada, dos meses sin revisiones… Pero cuando va todo bien es tontería ir al médico tanto, y aún así yendo poco me parecía que me pegaba el día en el médico.
Fuimos bien preparados a la segunda ecografía para al salir avisar de si era niño o niña. En esta ecografía entró el papi desde el principio. La ecógrafa, menos simpática que el anterior no hacía más que bufar porque la niña estaba de espaldas y no le dejaba mirar bien sus cosas. De hecho después de un rato me mandó pasear y comer dulce y que volviera luego. Finalmente pudo ver todo bien y me dio cita para la siguiente eco, 15 semanas después. Cuando ya me levantaba de la camilla, como ella no nos había dicho nada, le pregunté si había visto si era niña o niño, y me dijo toda seca: “es niña”. Aunque no era muy simpática, la verdad que se tomó su tiempo para poder ver que todo estuviera bien.
En la semana 23 tocaba la prueba del azúcar, el llamado Test Osullivan, en el que te sacan sangre, te hacen beber una bebida muy dulzona, te has de quedar quitica una hora, y te sacan sangre de nuevo. Tengo que decir que el líquido me lo esperaba mucho mucho peor. Sabe a naranja y ni nauseas ni arcadas ni nada.
En la siguiente visita con el tocólogo (el tocólogo express quiero recordaros) la cosa cambió. Yo estaba de 25 semanas. Le conté que había tenido molestias, la tripa dura, dolores de regla… y me dijo que eso eran contracciones, que mi cuerpo me estaba avisando de que bajara el ritmo, que mi médico de cabecera sería el que me tendría que dar la baja laboral dada esta situación. Esto unido a que la prueba de embarazo me salió en el límite: dieta, nada de dulces. Total que salí de allí con todo lo que no me esperaba: dejar de comer dulce (yo que estaba aprovechando), reposo, y por lo tanto dieta para no engordar más de la cuenta. Muy amablemente me dijo también que aunque no tuviera cita hasta dentro de muchas semanas, si algo me fuera mal que fuese una mañana sin cita que me atendería.
En la semana 28 empecé las clases de preparación al parto con la matrona. Un día ya os hablaré detenidamente de ellas. Y en la semana 32 en la clase le comenté que notaba de nuevo contracciones, me tocó la tripa y me dijo que por si acaso fuera a urgencias. En urgencias nos atendieron rápido y fenomenal: ecografía rápida, monitores, análisis de sangre… Me dijeron que tenía el útero irritable, y por eso que me daban contracciones con cualquier esfuerzo que hiciera. También me dijeron que la beba parecía pequeña, y que como no me había hecho más seguimiendo el tocólogo por lo del azúcar… En fin cada uno te dice una cosa.Tras esto, fui al tocólogo a contárselo que me atendió sin cita. Y me dijo que aún quedaban muchas semanas, que tras la eco de la semana 35 se vería si es pequeña o no.
Y se vio que lo era, así que me hicieron otra ecografía en la 37, y ahí ya me dijeron que había cogido peso suficiente y que todo iría bien.
Tras esto volví al tocólogo dos veces, una para un análisis del estreptococo, y otra ya en el día de mi FPP en que me hizo la maniobra Hamilton, con la que se supone que antes de 48h te pones de parto. (pero no fue mi caso)
Y por fin en la 40+5… decidió salir. Si queréis saber como fue aquí conté mi parto.
Bueno, esto que os he contado sería la evolución de un parto normal, y ya veis que tuve alguna cosilla que había que vigilar, y todo lo hicieron muy bien, y sobre todo el apoyo de la matrona de poder ir a consultarle cualquier cosa fue fenomenal. Desde luego si tienes seguro, está bien poder tener más ecografías, porque hace ilusión ver a los peques, pero repetir las pruebas porque sí es un poco tontería si vas a dar a luz en la Seguridad Social (cosa que recomiendo mucho). Yo espero que la sanidad no vaya a peor, porque la verdad que nos han atendido muy bien, y espero que se mantenga este nivel.