Revista Arte

Emil Cioran. Extracto de su inestimable: “La caida en el tiempo”

Por Peterpank @castguer

dk 128, byderklox

“Tanta soberbia sólo podía nacer en el espíritu de un degenerado provisto de una carga de existencia limitada, obligado por sus deficiencias a aumentar artificialmente sus medios de acción y a trocar sus deteriorados instintos por instrumentos propios que lo convierten en un peligro. Y si, en efecto, se ha vuelto peligroso, es porque su capacidad de degenerar no tiene límites. En lugar de haberse conformado con él sílex, y, como máximo refinamiento técnico, con la carretilla, inventa y manipula con una destreza de demonio instrumentos que proclaman la extraña supremacía del deficiente, de un espécimen biológicamente desclasado de quien nadie hubiera podido adivinar que se elevaría a una nocividad tan ingeniosa….
… pero no son nunca los fuertes, sino los débiles, las que aspiran al poder, y lo alcanzan mediante el efecto combinado de la astucia y el delirio. Como no siente ninguna necesidad de aumentar su fuerza, real, una fiera no se rebaja a utilizar el instrumento. Puesto que el hombre era en todo un animal anormal, poco dotado para subsistir y afirmarse, violento por desfallecimiento y no por vigor, intratable debido a su posición de debilidad, agresivo a causa de su misma inadaptabilidad, le correspondía buscar los medios para alcanzar un éxito que no hubiese ni imaginado ni realizado si su complexión hubiera respondido a los imperativos de la lucha por la existencia. Si exagera en todo, si la hipérbole es en el necesidad vital, es porque, desequilibrado y desatado desde principio, no puede afincarse en lo que es, ni comprobar o parecer lo real sin pretender transformarlo o exagerarlo. Desprovisto de tacto, de esa ciencia innata de la vida, poco hábil, además para discernir lo absoluto dentro de lo inmediato, aparece, en el conjunto de la naturaleza, como un episodio, una disgresión, una herejía,  una aguafiestas, un extravagante, un descarriado que todo complica, incluso su miedo, transformándolo en miedo a sí mismo, el temor ante su destino de reventado que lo enorme seduce, expuesto a una fatalidad que intimidaría a un dios.”

La caida en el tiempo


Volver a la Portada de Logo Paperblog