El juego además de ser una activad divertida y de entretenimiento para nuestros hijos, también es una actividad esencial y positiva para ellos, porque contribuye al desarrollo intelectual, físico y emocional del niño. El niño puede pasar horas jugando, a través del juego asume roles, enfatiza la importancia de valores, mejora su lenguaje, establece vínculos con otros de su edad, analiza y resuelve conflictos.
Mediante el juego se logran desarrollar habilidades y destrezas que nuestros hijos podrán aplicar posteriormente en su vida, el juego es la forma en que los niños aprenden a descubrir, interpretar y entender el mundo que les rodea y la forma en como ellos interactúan con él.
El juego vale porque:
• Moviliza al cuerpo, a la mente, a las creencias y a los conocimientos que se poseen.
• Fortalece la libertad porque cada jugador es libre de entrar y salir del juego cuando el lo decida.
• Fortalece la concentración, el jugador pone todos sus sentidos y creencias en el juego.
• Genera al autocontrol, se respetan reglas que permiten la convivencia y armonía en el desarrollo del juego.
• Incentiva la imaginación, la creatividad y la fantasía.
• Fortalece la toma de decisiones, desafíos, riesgos y la auto confianza para vencer obstáculos poniendo a prueba las capacidades.
• Permite el descubrimiento del propio potencial.
• Fomenta el ensayo de nuevas conductas y actitudes en la simulación, brinda la oportunidad de ser, conocer, comprender, elaborar recrear y construir una realidad ajena a la propia.
• Permite la asimilación e incorporación de conocimientos y vivencias a la vida propia.
• Favorece no repetir conductas destructivas porque se conoce su repercusión en el juego.
• Promueve probar lo nuevo, asumir nuevas conductas para experimentar diferentes resultados.
De acuerdo con Adriana Gioni, psicopedagoga y psicóloga clínica, especialista en niños y adolescentes, a la hora de practicar un juego de mesa “lo más importante es que el niño comprenda las reglas y que pueda disfrutarlo”, a partir de destrezas como: competir, ganar, esperar turno, experimentar placer al escalar determinadas posiciones en el juego y poder interactuar en grupo.
El juego es capaz de despertar en los participantes las siguientes emociones:
- IRA: Furia, resentimiento, fastidio, violencia, odio.
- TRISTEZA: congoja, melancolía, desesperación, depresión.
- TEMOR: ansiedad, nerviosismo, incertidumbre, miedo, pánico.
- PLACER: felicidad, alegría, diversión, euforia.
- AMOR: aceptación, simpatía, confianza.
- SORPRESA: conmoción, asombro, desconcierto.
- DISGUSTO: desprecio, menosprecio, repulsión.
- VERGÜENZA: culpabilidad, remordimiento, humillación.