El Madrid se presentó en el Camp Nou con un medio del campo donde Kroos, Casemiro y Valverde (qué jugador) pasaron literalmente por encima de un Barsa que se veía claramente desbordado. Los azulgranas no lograban combinar y se limitaban a mandar el balón desde Ter Stegen a un Leo Messi rezando para que el argentino cazara una. Y claro está, esto no sucede todos los días.
Gran juego combinativo, por momentos asedio, del conjunto blanco, con penaltis no pitados a Varane. El Barsa achicaba agua y parecía un equipo físicamente muerto pese a estar aún en la primera parte. La respuesta de nuevo en el mediocampo.
(fuente: publimetro.com)La segunda parte estuvo más igualada y conforme pasaban los minutos daba la sensación de que cualquier cosa podía suceder. Equipos cansados y espacios a la espalda de las defensas. No pasó sin embargo nada. Y no lo hizo porque el Madrid, pese a los cambios ofensivos de Zidane, fue durante los 90 minutos un tiburón sin dientes mientras que el Barsa simplemente no estaba. Cuesta entender que en la que es la tercera temporada de Valverde no se vea un atisbo de estilo.
Se va el aficionado blanco muy contento con el juego de su equipo que demostró autoridad en el campo del eterno rival. Poco consuelo para lo visto sobre todo en la primera parte.
Se va el culé deseando llegar a casa para tachar un nuevo día en el calendario para que la temporada termine y con ella este suplicio.