Tradicionalmente la psicología ha estudiado las diferentes patologías, ensamblando un bagaje de conocimientos para así generar nuevas terapias psicológicas, sin embargo, a partir del autor Seligman se empieza a poner énfasis en potenciar aspectos positivos como el bienestar, la satisfacción, la esperanza, el optimismo y la felicidad. Es el comienzo de la Psicología Positiva, que a nivel individual explora la capacidad para el amor y la vocación, el valor, las habilidades interpersonales, la sensibilidad estética, la perseverancia, el perdón, la originalidad y el talento de las personas entre otras fortalezas y a nivel social habilidades como el altruismo, la responsabilidad, la tolerancia y el trabajo ético.
Cómo podemos aumentar el bienestar subjetivo en este nuevo año:
La calidad de vida, el bienestar subjetivo, la satisfacción vital y el bienestar social se relacionan con la felicidad que sería el bienestar experimentado cuando se sienten más emociones agradables y pocas desagradables, cuando estamos comprometidos en actividades interesantes y estamos satisfechos con nuestras vidas.
Empezar el año con optimismo supone ser más perseverantes y se ha asociado a una mejor salud física. Sintiéndonos optimistas podremos motivarnos hacia proyectos nuevos, sin negar los problemas, pero teniendo esperanzas y albergando ilusiones hacia un futuro favorable. El optimismo inteligente sería una forma realista de ver las cosas.
La felicidad según Hernández y Valera es el sentimiento que hace leer positivamente las diferentes situaciones o avatares de la vida. Las personas más felices son menos autorreferentes y menos hostiles y vulnerables a enfermedades. Según Myers también suelen ser más generosas, tolerantes, confiables, decididas, creativas, gregarias y cooperadoras. La felicidad y las relaciones afectivas cercanas se relacionan entre sí. Así, relacionarnos socialmente es una necesidad de protección y de reconocimiento. Myers encontró que existe un mayor grado de felicidad entre las personas casadas, siendo las mujeres casadas ligeramente más satisfechas que los hombres. Según Crosby, aunque el matrimonio es fuente de tensiones también es fuente de identidad y de autoestima.
Por otro lado, el dinero es importante en la medida de que es un medio para conseguir fines para la persona, pero no es un predictor muy seguro de la felicidad.
La personalidad es uno de los predictores más fuertes y consistentes del bienestar subjetivo: la extraversión influye en el afecto positivo y el neuroticismo en el afecto negativo. La autoestima también se relaciona con el bienestar y también es probable que la rumiación de eventos negativos influya en un menor bienestar.
Ser competente, autónomo y tener relaciones interpersonales satisfactorias serían una clave predictiva del bienestar subjetivo, así, progresar hacia nuevas metas parece ser muy importante, así como el crecimiento personal, los propósitos de vida y las buenas relaciones con los otros. El bienestar estaría en la actividad en sí y no en la satisfacción o logro de la meta final.