Por Ileana Medina Hernández
Una nueva palabra he descubierto en las redes maternales y en la literatura femenina: empoderar.
La usé en mi post de ayer, y hoy me dio por buscarla en el Diccionario de la RAE a ver qué decía, pensando que quizás pudiera ser un calco del inglés.
Pero resulta que no, que es castellano del bueno, del antiguo. La RAE dice que ya está en desuso, y la asimila a APODERAR.
Apoderar hoy sólo la usamos en ese feo lenguaje jurídico de dar un "poder" a otro para que actúe en nuestro nombre. Curiosamente, sus otros dos significados también se consideran antiguos, arcaizantes:
2. tr. ant. Poner algo en poder de alguien o darle la posesión de ello.
4. prnl. ant. Hacerse poderoso o fuerte; prevenirse de poder o de fuerzas.
Me encanta recuperar este arcaísmo: empoderar, y recuperarlo con ese significado: hacerse poderoso o fuerte, INTERNAMENTE PODEROSO.
Otorgar poder a quienes nunca lo han tenido: a las mujeres, a los indígenas, a los niños...
Me gusta sobre todo que sea reflexivo: no sólo que otros nos empoderen, sino que podamos empoderarnos nosotras mismas, encontrar dentro de nosotros la fuerza y la sabiduría interior que nos hace fuertes, independiente de lo que piensen o digan los demás.
No un poder externo, envestido por otros, no un cargo ni un rango ni un estatus, sino el poder interior, el que emana de la autoestima verdadera, el que emana del orgullo de ser lo que somos, un poderío interior realmente irremplazable.
Más sobre la palabra empoderar:
- En Blog de Lengua Española
- En La palabra del día
- En La peña lingüística
- En La Danza de la Vida
- El empoderamiento en gestión del talento humano