por Mariana Zanetti
Ya he vivido varias crisis económicas, y es posible que sea testigo de bastantes más dada la dinámica que ha adquirido el modelo económico mundial. La crisis está ahí, es una realidad innegable que todos los medios de comunicación se empeñan en recordarnos con una dedicada insistencia.
¿Pero qué pasa con esta frase que dice “crisis es igual a oportunidad”? ¿De dónde surgen las ideas?
Anthony Robbins, reconocido coach americano, afirma que es el foco que hacemos de la realidad lo que hará la diferencia en los resultados que obtenemos. En uno de sus videos Robbins cuenta una anécdota de su vida, cuando realizaba un curso para conducir coches de carrera. Una de las pruebas consistía en sortear una curva muy cerrada sin chocar contra el muro de contención que la circundaba. Una y otra vez, Robbins chocaba contra el muro de contención al intentarlo.
Su monitor se lo había advertido: “No mires el muro, mira el final de la curva”, pero Robbins no lograba quitar su atención del muro del que intentaba huir, y sin excepción terminaba chocando contra la pila de neumáticos. Entonces se bajó del coche, respiró hondo y miró a la distancia la curva que debía atravesar, concentrándose en el final de la misma. De vuelta en el coche, no perdió esta imagen de vista y superó con éxito la prueba. Su foco de atención había cambiado, aunque el muro siguiera estando en el mismo lugar.
Crisis es igual a oportunidad, y esto no es una frase hecha. En una crisis hay movimiento, lo que antes daba muchos frutos deja de darlos, pero surgen nuevos mercados que crecen como champiñones, y es esto en lo que hay que enfocarse (dejando en lo posible de leer las noticias!). No hay que olvidar que los productos más exitosos de Apple fueron lanzados en plena crisis y que Google y Facebook han vivido un crecimiento explosivo durante este periodo.
Cómo encontramos esas oportunidades? Buscando, desarrollando nuestra creatividad y enfocándonos en el éxito que queremos conseguir.
Y por supuesto, no hay que empezar por un producto o una idea, sino por un mercado, unos clientes queriendo comprar algo. La idea y su forma vendrán después.
Podemos empezar por hacernos las siguientes preguntas:
¿Qué necesidades pueden satisfacerse de otra manera, más adaptada a los tiempos que corren?
Ahí van algunos ejemplos:
- Casi al mismo tiempo que los diarios españoles anunciaban en portada que las ventas de coches habían bajado un 11% en 2012, aparecía la presentación de “Social Car”, un concepto que se extiende por toda Europa en donde particulares ponen en alquiler sus coches, reduciendo el costo de alquiler para quiénes necesitan un vehiculo de forma temporal, por lo que la empresa cobra una comisión del 15%. Cuando los usuarios se acostumbren a sus servicios, es muy posible que este concepto esté aquí para quedarse, como Ikea, Google o cualquier otro concepto que nos abarató costos simplificándonos la vida.
- Hace poco leí una noticia sobre un inversor particular madrileño que se dio cuenta que la gente quería seguir comiendo bien, pero se veía obligada a reducir el presupuesto. Entonces invirtió en un restaurante de delicatessen auto-servicio. El concepto fue rentable operativamente al mes de ser abierto (lo que es una hazaña para cualquier creación de empresa!).
- Con un capital mínimo, a diferencia de los dos conceptos anteriores, muchos servicios low cost vendidos por Internet están creciendo fuertemente. Es el caso de la agencia de viajes de un amigo de Madrid, que después de 8 años de crecimiento continuo, aumentó su cifra de ventas el año pasado en un 30%.
¿Qué conceptos o productos novedosos que funcionan en otros países podrían adaptarse al mercado local?
- Mi amigo de la agencia de viajes inspiró su negocio en un concepto belga en pleno crecimiento. Como esto, franceses, americanos, alemanes e ingleses están desarrollando modelos de negocios que requieren una baja inversión y que demuestran una atractiva rentabilidad. El mercado de los info-productos de habla hispana, por ejemplo, está al menos 10 años por detrás del nivel de desarrollo del mercado anglosajón, quizás solo haga falta inspirarse en los americanos y ver qué es lo que están haciendo bien.
- Hay necesidades que nunca cambian y mercados que se mantienen más o menos constantes, como por ejemplo el del cuidado de la salud o el de la puericultura, donde el gasto de los consumidores apenas se modifica en periodos de crisis. Cuando se introduce algún producto novedoso que responda mejor o de forma diferente a las necesidades de ese mercado, en general funciona. Como en el caso de unas madres de Zaragoza, que dejaron sus trabajos para crear una empresa de venta de productos para bebés que no se consiguen en España. Hoy trabajan unas pocas horas por día, lo que les da tiempo para estar con sus hijos, y alientan a todo el mundo a emprender.
Otras preguntas generadoras para encontrar mercados pueden ser:
¿Qué innovaciones en marketing pueden hacerse en un mercado determinado; en el canal de venta, en la forma de segmentar el mercado, en las técnicas de venta?
¿En qué eres tú un consumidor insatisfecho? ¿Eres el único? ¿Podrías crear un producto o servicio que mejore o elimine esa insatisfacción?
¿Cómo puedes subirte al tren de los mercados en crecimiento?
Estos son solo un puñado de ejemplos de las oportunidades que hay durante una crisis o fuera de ella. Quien tiene más posibilidades de aprovecharlas es quien se enfoque en el éxito, en el final de la curva. Te invito a que uses la ley de la atracción y la fuerza del pensamiento positivo. No se trata de bla bla, da resultado.
Autora Mariana Zanetti es autora del blog Dueño de mi tiempo, que reúne casos reales de emprendedores felices de serlo y recursos para quien quiera crear una vida libre emprendiendo. Argentina de origen y española por adopción, vive en Lyon, Francia, donde puso fin por elección propia a una carrera en marketing de 12 años para aprovechar nuevas oportunidades.