Últimamente recibo mensajes de personas que están pensando montarse un negocio y me piden consejos para que funcionen. Yo nunca he montado una empresa, pero sí que tengo conocimientos sobre emprender (por todo lo que he leído y escuchado de otras personas con más experiencia en el tema) y, por ello, con este post pretendo ayudarles un poco más a clarificar sus ideas con esta posible aventura (además del mensaje de ánimo que ya transmití hace unos meses).
Antes de comenzar, tengo que destacar que emprender no es sólo montar un negocio, sino una actitud ante la vida de tener iniciativa y arriesgarse tomando nuevos caminos en diferentes proyectos. Los niños son el mejor ejemplo de ello, ya que no tienen miedo a hacer las cosas. Todos somos, en cierto modo, empresarios de nuestras vidas. Asimismo, hay mucha gente que piensa que las empresas se crean sólo para ganar dinero y esto es falso. Los emprendedores crean nuevos negocios por sus propias motivaciones personales y el dinero sólo es una condición para que puedan tener un bienestar y sigan desarrollando su actividad.
España necesita emprendedores y el emprenderismo es una aventura tan fascinante como arriesgada. A pesar de que hay mucha formación e información que te puede ayudar, tengo que decir que no hay ninguna formación específica que te garantice el éxito en tu negocio. Todo depende de múltiples factores, como, por ejemplo, la investigación de mercados, la idea, ser diferentes a la competencia, la financiación, la ubicación, etc. Incluso tener una magnífica idea puede no servir de nada, ya que lo más importante es su ejecución.
Personalmente, no recomiendo montar un negocio para salir del paro, ya que ser emprendedor conlleva una serie de habilidades y competencias que no todo el mundo reúne. Asimismo, hay que tener claro que, en general, el éxito viene después del fracaso y, por eso, no hay que preocuparse si en la primera aventura las cosas no salen como se espera. Puede que te salga bien a la primera (como, por ejemplo, con la empresa “Sopa de estrellas” de una amiga mía), pero también conozco personas que actualmente les va bien después de haberlo intentado 2 ó 3 veces (esto en el mundo anglosajón está visto como algo muy normal). Pero todas las empresas pueden tener una fecha de caducidad (incluso un negocio puede morir de éxito) y si no se adaptan al entorno, entonces corren peligro de desaparecer. Ya saben, “renovarse o morir”. Es importante que cuiden el negocio como el primer día y estén permanentemente innovando. Para mí, la innovación no es más que “la tradición transformada” y no es sólo inventar cosas nuevas, sino también estar mejorando las cosas vigentes.
Es muy importante que aprendan de los errores cometidos por otras personas que hayan emprendido anteriormente (comparto también con ustedes este magnífico artículo llamado “Causas del fracaso de una nueva empresa”), ya que así tendrán menos posibilidades de errar en sus planteamientos. Asimismo, aconsejo seguir los consejos de personas muy válidas en este mundo, como, por ejemplo, Marc Vidal, Javier Echaleku, Laura Valverde, etc o leer libros de autoayuda muy buenos, como, por ejemplo, “Confianza Total” (de Verónica de Andrés y Florencia de Andrés) o “Piense y hágase rico” (de Napoleón Hill).
En definitiva, emprender es como escalar (o puede ser como otras muchas cosas), porque, para alcanzar la cima, se requiere mucho conocimiento del terreno, sacrificio, esfuerzo, resiliencia, ganas, etc. Puede ser una aventura larga y costosa, pero puede merecer la pena. La suerte podrá influir en tu camino, pero siempre digo que hay que saber buscarla. ¡Mucho ánimo y atrévanse!
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