En agosto, 2º “cumpleblog” en Escocia

Agosto, es el mes en el que este blog cumple su segundo año de vida. A lo largo de 24 meses he intentado informar y dar a conocer a los lectores casuales y a los fieles seguidores  la Indumentaria Tradicional Segoviana, en particular, y la Cultura Tradiconal, en general. En este tiempo, ha habido espacio para aportar datos sobre la historia y los detalles de piezas testigo, documentos, conferencias de temáticas específicas, talleres variados, exposiciones vinculadas con la indumentaria o fiestas y celebraciones que me han permitido contextualizar las 70 entradas.

A lo largo de estos meses, también he dedicado distintos post a mi experiencia como docente universitaria en la Universidad de Valladolid a través de las asignatura “Tradiciones Culturales de Castilla y León”, y cómo no, he procurado aportar noticias vinculadas con la Beca de Investigación de que estoy desarrollando desde febrero de 2012, sobre las danzas de palos y los danzantes de enagüillas de la provincia de Segovia.

En las entradas también he plasmado mis reflexiones sobre lo visto y vivido en diferentes viajes, puesto que son muchas las similitudes y las distancias que pueden estudiarse a partir de la adquisición de libros, las visitas a museos, o los simples paseos por las calles de diferentes ciudades en las que las gentes, en su vida cotidiana, te acercan a sus modos de vida, costumbres e indumentaria.

En este post, quiero dejaros algunas fotografías sobre mi estancia en Edimburgo (Escocia), a mediados del mes de agosto, donde he podido disfrutar de la algarabía callejera que todo visitante encuentra en el Festival de Teatro de Calle, FRINGE, y del Festival de Gaitas que tiene lugar en el entorno del castillo. Las calles principales de la ciudad, acogen a gentes llegadas de mil y un lugares, y todos podemos percibir que la identidad escocesa sigue desde el siglo XVIII vinculada a una prenda específica: el kilt, que traducimos vulgarmente como falda escocesa. La producción del tartán -la tela hecha con lana listada en la que se pueden encontrar numerosas combinaciones de color-, se comercializa en tiendas dirigidas principalmente al turismo, pero en ellas, se nutre también la población local para vestir a diario: no sólo los hombres lucen el kilt, también son algunas las mujeres que he podido ver durante mi visita a Edimburgo y al norte de Escocia, en Inverness, que visten esta prenda como una seña de identidad inconfundible.

Las tiendas -en algunos casos vinculadas a negocios emprendidos a finales del siglo XVIII-, ofrecen todo tipo de artículos hechos con tartán: además de el kilt, gorras, mantas y bufandas, el viajero puede adquirir muñecos de peluche y otros mil detalles. Sin duda, la oferta es amplísima, y las nuevas tendencias también van ganando terreno en el diseño y el acabado del tartán. En mi paseo por los puestos artesanos diseminados por las calles de Edimburgo puede comprobár cómo el diseño de prendas infantiles, dirigidas a las niñas, dejar entrever esta evolución necesaria para alcanzar nuevos públicos. La evolución histórica de la prenda en cuestión, pude verla detenidamente en dos museos que se localizan en las dependencias del castillo de Edimburgo, y por supuesto, tomé un número importante de notas y fotografías que tendrán su lugar en mi Beca de Investigación.

Desde aquí os recomiendo la visita a Escocia pos distintas razones; la más importante, descubrir la cultura anglosajona en sus variadas formas: los paisajes, los conciertos de música en lugares insospechados, las excelentes cervezas…