Dedicada a Santa Cecilia, fue construida entre 1282 y 1390 en una región que, a comienzos del siglo XIV, había formado el epicentro de la herejía albigense. Aunque el rey de Francia y la iglesia católica triunfaron e impusieron su hegemonía sobre el Languedoc, el legado de violencia y recelos permaneció. Quizá por esta razón, Albi, a diferencia de otras catedrales francesas, fue concebida más como una fortaleza que como una iglesia, y no hay duda de que las ideas de defensa y desafío pesaron en la formulación de su idiosincrático diseño. Externamente, la catedral tiene algo de fortaleza y se sirve ampliamente del repertorio de la ingeniería militar. El profundo zócalo se eleva hasta un empinado talud o muro inclinado. Del zócalo parten las caras vistas de los contrafuertes, disimuladas como torrecillas semicirculares. Las ventanas son prudentemente estrechas y el parapeto amatacanado sobre ménsulas proporciona protección adicional (Información extraída de Cómo construir una catedral, de Malcolm Hislop).
Ubicación geográfica
Visita: 04/06/2014