Puede ser una ciudad, puede ser, esto es algo ideal, nuestra casa o puede ser un pequeño pueblo en algún remoto paraje.
La mayoría de la gente que busca un lugar así, jamás lo encuentra.
Nosotros lo hemos encontrado.
Hemos encontrado un lugar en el que la naturaleza está a la puerta, en el que el paisaje y el clima han forjado el carácter amistoso, orgulloso y pausado de la gente que allí habita. Un lugar en el que, simplemente, somos muy, muy felices.
El embalse de los Barrios de Luna
Sí, alguno ya lo sabéis. Nuestro sitio, al que esperamos volver cada vez que podamos y en el que, idealmente, me gustaría vivir, se llama Babia y es real. Es más, diré que me gustaría vivir en San Emiliano de Babia y levantarme cada mañana y mirar a la cumbre de Peña Ubiña ver a los potrillos en los pastos que lindan con las casas y criar mastines leoneses.En el camino hacia Pinos desde San Emiliano
Sí, lo sé, el invierno en Babia es duro. Hace frío, pero sus habitantes saben contrarrestarlo con sus viandas y cuando el tiempo mejora puedes subir a disfrutar del espectáculo de los lagos de Saliencia, ya en Asturias, aunque aquí, aunque haya grandes montañas, los límites fronterizos parecen difuminarse y si bien las gentes de la comarca bromean con sus vecinos asturianos diciendo que cruzan la montaña para secarse los huesos, lo cierto es que es mucho lo que les une, para empezar una historia y una forma de vida milenaria.Ya os hablamos de este lugar, pero es que hemos repetido. Fuimos en el mes de mayo y padecimos una nevada espectacular y volvimos en julio y volveremos en otoño y cada vez que podamos. Y si alguna vez dejo de escribir durante mucho tiempo no os alarméis, seguramente esté en San Emiliano disfrutando de sus gentes, de su paisaje, de su comida y sí, también de su clima.
Asturias: Somiedo desde el límite con Babia, León.
Y puede que me ocurra como esta última vez y comparta mi tiempo de estancia con unos estudiantes de Geología noruegos que vienen a estudiar las rocas y las importantes formaciones de la región y luego disfrutan de una caldereta de cordero en la Casona de Babia para luego tomarse una cerveza en la Cervecería Peña Ubiña servida por el incomparable Piti, genio y figura tras la barra.
No lo dudéis. Si los reyes de León gustaban de perderse entre sus valles es porque sabían ya lo que hacían.
El lago de la cueva