Revista Opinión

En babia y sin semáforos

Publicado el 26 octubre 2011 por Carmentxu

Un autobús tuneado de prostíbulos que practican el copago (ella paga la infraestructura y el cliente el servicio) cruza como una exhalación el centro de la ciudad. Tu cita con el placer en esta noche cerrada y sin frenos y dentro del vehículo, los clientes medio adormilados clavan la mirada en la nada. Pero no hay referencias espaciales, no hay luces de semáforos y las farolas tristes lucen mortecinas en la ciudad aletargada. Los clientes no saben que en este autobús sin control que ya no frena en los cruces, el conductor está en babia y seguro de la prudencia de los demás que, también en ese paraíso de la nada, esquivan como autómatas sus faros para volver a la negrura.
En babia y sin semáforosLas casas de ladrillo y hormigón enseñan sus cuencas negras de pisos vacíos, tumbas para desahuciados. Sólo algún destello fugaz procedente de un televisor, donde un padre de la democracia ya no recuerda en qué momento se apagaron las luces y se sentó en el salón a ver la televisión, también en babia. En la pantalla, a todo color, un concursante se carcajea y hace partícipe a la audiencia de su incultura.
Todavía no se ha encendido la calefacción dentro del autobús y el frío es húmedo y cala poco a poco en los huesos en esta fría y negra noche. Al final será mejor no parar, que no haya semáforos. Los depredadores que recortan y amputan miembros para la bacanal acechan ahí fuera, amparados por la oscuridad y la espesura de los jardines que ahora son bosque porque ya no quedan jardineros que los cuiden.
Ahora que estamos en el suelo, nos cuentan cuentos. Todo lo que tienen de malévolo los niños, porque no conocen la hipocresía, no se callan y sueltan a destajo lo que piensan, lo pierden mientras escuchan un cuento. Entonces callan y escuchan atentamente con los ojos abiertos sin parpadear. Tampoco saben de sloganes ni frases hechas, por eso es aterrador cuando dejan de escuchar cuentos y hablan, más en las frías y oscuras noches que preceden al invierno.


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