El presidente de Brasil, Lula, ha sido eternizado tras el bautismo de un pozo de petroleo que lleva su nombre
Los brasileños que esperaban ansiosos la llegada del 2011, para no escuchar más el nombre del presidente Luiz Inácio Lula Da Silva, quedarán en la ilusión: el último miércoles 29 de diciembre el mandatario ha sido eternizado al ser homenajeado con un pozo de petroleo que lleva su nombre: Lula, por “coincidencia” un molusco (calamar en español). Así lo hizo la estatal Petrobrás tras divulgar la comercialidad del pozo Tupi que tiene reserva de 6.500 millones de barriles de petroleo. Sin embargo el nombramiento ha causado protesta por parte de los oposicionistas que resaltan que dicha medida “hiere” la Constitución, que prohíbe la utilización de los bienes públicos para promocionarse.
El líder sudamericano será recordado por muchas cosas, especialmente por las tonterías que dijo. Seguramente para algunas personas él sólo habló la “verdad”, pero a otras ha sido indiscreto y exageró su autoridad para hablar cosas que no debería, cuando su cargo le exigía imparcialidad y diplomacia. Esa semana, por ejemplo, Lula ha comentado que 'fue bueno pasar por la Presidencia de la República y terminar su gobierno viendo los Estados Unidos en crisis, viendo Europa en crisis, viendo el Japón en crisis, cuando ellos sabían todo para solucionar el problema de la crisis brasileña, de la crisis boliviana, de la crisis rusa, de la crisis mexicana'. ¡Desafortunadamente eso lo dijo un jefe de gobierno!
'Fue importante para hablar a ellos [los países desarrollados] que en la crisis no ha sido ningún doctor, ningún norteamericano, ningún inglés, fue un metalúrgico, pernambucano [gentilicio de quien nace en el estado de Pernambuco], presidente de Brasil que supo como lidiar con la crisis con su equipo económico. Por eso la crisis tardó a llegar acá [en Brasil] y se fue deprisa', lo ha sostenido Lula.
El diciembre de 2009 el mandatario comentó que quería sacar el pueblo de la “mierda” que vivía. Quizás es posible tomar prestadas las palabras del primer ministro español José Luis Zapatero que ha dicho que Lula es “el hombre que asombra al mundo”. En cierto el líder brasileño asusta más a su gente con sus tonterías durante los ocho años como jefe de estado.
Hace poco tiempo el líder sudamericano ha defendido el cierre de la censura contra el dueño del portal Wikileaks, Julian Assange – que estaba detenido en Reino Unido por presuntos delitos sexuales – al decir que el australiano no era el culpable por las informaciones del Departamento Norteamericano, pero quien ha escrito las “tonterías”.
En octubre pasado, cuando estaba en el estado de Piauí, al noreste del país, Lula dijo que Dios escribía derecho con reglones torcidos, porque lo ha vengado, ya que los candidatos políticos de oposición a su gobierno – que no han aprobado una ley que permitiera el cobro de un impuesto bancario – no fueron elegidos nuevamente.
En junio, durante el periodo del Mundial de 2010, Lula habló que le gustaría ver los jugadores argentinos trastabillando en los partidos, debido al permiso que el técnico Diego Maradona dió a su equipo para que pudieran tener relaciones sexuales normalmente. Dicha broma causó la ira del diario “Olé” que ha salido en defensa de los deportistas.
Se espera que la presidenta elegida, Dilma Rousseff, economista, sea más cautelosa que su antecesor – que tiene el cerebro en la lengua – y ahorre en las palabras, pues en boca cerrada no entran moscas, pero abiertas salen noticias.