Revista Arte

En busca del habla verdadera

Por Lasnuevemusas @semanario9musas

El término bárbaro originalmente en la antigua Grecia se aplicaba a pueblos extranjeros que hablaban algo que no se entendía, de ahí también tenemos verbos como balbucir; esa habla poco clara.

En México hay una historia con ciertas similitudes. En el sur de Veracruz, en la sierra de Santa Martha, entre las zonas urbanas de Coatzacoalcos-Minatitlán y el área de los Tuxtlas, se encuentra un grupo al que se les denomina zoque-popoluca. Zoque se refiere a la familia lingüística, pero el término popoluca, popolokatl, significa en náhuatl bárbaro. Este aspecto descriptivo de antiguos encuentros entre ambas culturas, o incluso posibles conflictos pasados, está enriquecido con la forma en que este pueblo se autodenomina: nuntajɨ̱yi que se puede traducir como el habla verdadera.

La primera vez que estuve en contacto con los nuntajɨ̱yi fue hace más de diez años, cuando trabajé en el campus de la Universidad Veracruzana Intercultural (UVI) de esa región. La experiencia me permitió estar en contacto con la diversidad lingüística y cultural de ahí, así como acercarme a los nuntajɨ̱yi, sus tradiciones, su lengua y sus leyendas. He estado en contacto con la actividad académica y cultural desde entonces. Recientemente tuve el placer de platicar con Carolina González, nuntajɨ̱yi y ex alumna mía que estudió la licenciatura en Gestión Intercultural para el Desarrollo en la orientación de . Su historia es realmente fascinante y quisiera compartirla con ustedes.

Primero me comentó acerca del rol de la mujer en la sociedad popoluca, ya que tradicionalmente ésta no podía hacer uso de la palabra y no podía estudiar, pero afortunadamente esta situación ya está cambiando. Carolina sabe que hay partes complicadas de la cultura local, las cuales hay que cambiar, pero también existen muchos aspectos importantes por rescatar. Aquí, estimado lector, quisiera agregar, para poner un poco del contexto el nuntajɨ̱yi es una lengua con relativamente pocos hablantes, según la revista Arqueología Mexicana tiene alrededor de 35 mil hablantes. También es una lengua que hasta relativamente pocas décadas no tenía un sistema de escritura estandarizado. Entonces, los retos académicos y profesionales a los que se enfrentaría Carolina serían enormes. Ella aprendió la lengua desde su casa y siempre la ha usado. El español lo adquirió como una L2 a través de su contacto con la escuela y hasta los 14 años pudo entablar conversaciones largas en español.

Su interés por el trabajo con su lengua materna empezó en 2000, cuando tenía 14 años, y un familiar la invitó a un taller de traducción de cantos en nuntajɨ̱yi, impartido por Jonh Lind y Juanita Watters; lingüistas quienes estudiaron y aprendieron la lengua nuntajɨ̱yi. Este taller fue un parteaguas en su vida porque descubrió que le gusta la traducción español- nuntajɨ̱yi y viceversa tanto de cantos, como de otras narrativas. También, a partir del taller pudo empezar a enseñar a leer y escribir su materna a los hablantes del habla verdadera. En este punto debo resaltar que el camino de ella no ha sido fácil y que su interés en el estudio de su lengua materna ha pasado por diversas dificultades. Por ejemplo, al terminar la primaria tuvo complicaciones para continuar sus estudios porque al ser mujer no recibió mucho apoyo, tuvo que pasar bastante tiempo hasta que su madre, un hermano lograron apoyarla en conjunto con un programa de apoyo social para así poder continuar con su desarrollo educativo.

La secundaria le ayudó a impulsar su interés en los temas de lingüística donde sus materias favoritas eran español e inglés, pero al mismo tiempo la discriminación hacia su lengua se hizo presente. Se dio el caso, una vez, que Carolina platicaba en nuntajɨ̱yi con una de sus compañeras, la maestra que no conocía la lengua asumió de inmediato que estarían hablando en contra de ella, por lo que les prohibió usar el nuntajɨ̱yi en la escuela. Pero, Carolina que ya estaba al tanto de los derechos lingüísticos logró junto con sus compañeros boicotear las clases de inglés como protesta por la prohibición contra su lengua. Luego de negociaciones, el director dio indicaciones a la maestra para que se pudiera usar el nuntajɨ̱yi en la escuela y así se hizo, de esta forma los estudiantes continuaron con sus clases. En sus años de secundaria el ILV, que detectó el talento de ella, la invitó a participar en más cursos sobre traducción; hecho que enriqueció su desarrollo profesional. Posteriormente, ella colaboró con la lingüista Juanita Watters en diversos talleres, en los que Carolina daba clases de zoque popoluca.

La sociedad local, en concordancia con sus tradiciones, la presionaba para casarse, pero a pesar de las presiones, ella logró continuar con su educación. Para cuando ella iba a concluir la preparatoria se abrió el campus de la UVI en su región y ella entró en la carrera de Gestión Intercultural para el Desarrollo. Siguió con su trabajo como traductora, incluyendo de textos bíblicos, y también recibió una beca de la Comisión de Desarrollo Indígena para sus estudios de licenciatura. Al concluir la licenciatura obtuvo un trabajo en la Academia Veracruzana de Lenguas Indígenas (AVELI) como titular de la Academia Regional de la Lengua Zoque Popoluca. Como titular ha tenido y tiene las funciones de elaborar talleres, dar pláticas, apoyar en traducciones, ser interprete e incluso participar en la publicidad dirigida a la comunidad nuntajɨ̱yi.

Tiene una amplia experiencia, y quisiera resaltar algunos de sus casos más interesantes. Dentro del AVELI ella ha podido dar pláticas para prevenir la violencia con la mujer, práctica que ella reconoce todavía es común dentro de la comunidad. Ella ha logrado acercarse a las mujeres de su comunidad para establecer un diálogo benéfico y dar a conocer los derechos que ellas tienen. En este tema también fue seleccionada como ponente para el ciclo de pláticas del Día de la Mujer en el Congreso del Estado de Veracruz. Su trabajo con talleres de lectoescritura han sido muy importantes para contribuir a estandarizar una forma de escritura dentro de su comunidad y así poder hacer de la escritura un vehículo de información y de creación de contenidos que fomenten el uso de la lengua y la alejen de su extinción.

El nuntajɨ̱yi ahora con el trabajo de Carolina y de otros entusiastas y profesionales ha logrado ampliar el panorama de uso de la lengua. Por ejemplo ya hay contenido nuntajɨ̱yi en Facebook y en otras redes. El uso de las nuevas tecnologías ha motivado a los hablantes a escribir en nuntajɨ̱yi para contestar a un post de Facebook o para desarrollar material educativo.

Actualmente, entre sus proyectos en curso está el crear una App dedicada al aprendizaje de su lengua.

Carolina espera continuar con su desarrollo profesional y hacer una maestría en lingüística aplicada; además de seguir recibiendo el gran apoyo de sus hijas. En definitiva, el trabajo de Carolina ha promovido a que el h abla verdader a tenga un nuevo aire, más igualitario, más respetuoso y que esté más listo para los retos de este milenio; siempre respetando y admirando la cultura nuntajɨ̱yi.

César Octavio Moreno Zayas

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