Hace poco más de un mes que no había juego de personajes. Imperdonable. Menos mal que yo me lo he perdonado a mí mismo, y mi confesor está de acuerdo, y me ha dado la absolución, porque le he dicho que tengo propósito de enmienda –hay que ver lo que es haberse educado en el nacionalcatolicismo—, así es que espero que ustedes también disculpen mi ausencia.
Y dicho lo cual, informo que los personajes de la última edición fueron: Giulietta Masina, Cesare Paves, Sandro Pertini, Renata Tebaldi y Gianni Agnelli, cinco italianos de talla. Y acertaron: Paco Piniella, El borrico encontrao, Adanero y Fritus.
Y ahora vamos al texto de hoy. Ya saben –por si entra alguien nuevo— se trata de dar pistas sobre personajes en un texto que no tiene otro objetivo que ayudar a adivinarlos. Los dos fotos también son pistas.
Siempre había soñado con viajar por Iberoamérica. Había llegado la hora, primero Cuba, como musicólogo le apasionaba la música del Caribe, sus bailes. Luego se acercaría a México, allí podría escuchar esas rancheras que siempre le habían acompañado y seguir la pista de María Felix, su actriz favorita. Después se adentraría en Brasil, donde tenía amigas que vivían en Paquetá una pequeña isla y se dedicaban a pintar el colorido del lugar. Más tarde, Buenos Aires, su literatura, su cine y teatro era lo que más le atraía, patearía las librerías de Reforma y cómo no, visitaría a su amiga la expresidenta. Y por último Jorge volaría a Santiago a la boda de Juan José, el hijo de la novia de su mejor amigo Raúl, periodista y escritor que había sido propuesto para el Nobel. Era algo así como vivir lo que había ya soñado, volver a sentirse vivo, por última vez. La cirrosis le había marcado un tiempo y quería aprovecharlo. Ahora no se privaba de nada. Leía a novelistas del realismo mágico, iba a conciertos, en el último, Karajan dirigió La consagración de la primavera; no se perdía a House, ese doctor tan maniático y déspota como eficaz. Tenía todo el camino hecho. Su hija ya era pediatra, el novio era director de cine y se casarían pronto. Su hijo se había metido en política y llegaría lejos. Había intentado ser actor y cantante pero lo suyo era la política. Su exmujer era crítica de arte y se había especializado en pintura latinoamericana y pintura cubista, una erudita de la obra de Fernad Léger y de Frida Kahlo.
Pues eso, ya está. Y ahora les toca a ustedes.
Salud y República