En busca del voto unido: la gran esperanza

En busca del voto unido: La gran esperanza

Giraba el planeta hasta situarse en su zona oscura dejando al otro lado que la estrella lo fuera calentando. Los últimos rayos del Sol iluminaban la escena. El frío comenzaba a hacer acto de presencia. La noche era inminente. Las 30 personas que habíamos estado comiendo la paella al aire libre nos dispusimos a escuchar qué tenía que decirnos nuestro amigo. Estuvo correcto en su análisis. Su retrato de la realidad fue certero. Y encima nos dio noticias; y con ellas nos alcanzó de lleno la esperanza. Si algo teníamos en común todas aquellas personas que estábamos allí era la hipersensibilidad a la injusticia, no estábamos derrotados. Hombres, mujeres, jóvenes… Todos habíamos estado percibiendo la injusticia, sufriéndola en nuestro interior desde siempre; pero durante estos últimos años la cosa había sido muy fuerte. Aunque habíamos estado abriendo los ojos pero también estábamos convencidos de que aún se podía caminar más hacia la oscuridad, nuestro amigo nos comunicó que algo se estaba cociendo, que algo que todos habíamos percibido más o menos durante nuestra maduración como personas, por fin, probablemente se iba a producir. Un rayo de luz que podría hacer que la noche no fuera tan oscura, una posibilidad que prácticamente todos habíamos ya descartado. Lo que nos estaba contando podía significar el principio del fin de la noche; de una noche que va a ser larga, seguro, pero que nos va a llevar inexorablemente hacia un nuevo día.
Hay gente que, llevada de su inconsciencia, se declara apolítica, pero la mayoría de los que estábamos ayer allí éramos conscientes de que sólo la política podía encaminarnos hacia una sociedad más justa que pudiera hacer que lo mejor del interior del Hombre apareciera.
No es necesario entrar en detalles de lo que nos dijo, porque de una u otra forma es conocido (o debería serlo) por todos. Cualquier Ser Humano que se precie, a través de los caminos transitados de su vida, ha reflexionado, y con el tiempo ha ido alcanzando cotas de madurez. Aunque hay una minoría con intereses particulares que lo están llevando todo y otros que por intereses o ceguera les están haciendo el juego, hay una inmensa mayoría que va a ir comprendiendo de dónde venimos, dónde estamos y adónde nos pretenden llevar.
En algún que otro momento, algunas personas hemos podido ver cómo las reglas configuradas desde “arriba”, nos han ido llevando al terreno de sus intereses. Hemos visto cómo el hombre ha sido explotado por el hombre; cómo las dictadoras han hecho uso y abuso del poder; no se nos han pasado por alto leyes veneradas por algunos que resultan claramente inmorales; que cualquier conato de libertad o incluso de clarividencia, era entendido como un ataque al Sistema, a su Sistema, y que esto era divulgado y reprimido. Nos han llevado por donde han querido; pero forzados porque los tiempos lo han pedido, no han tenido más remedio que “darnos algo de cuerda”, el voto. Nos han hecho creer que vivimos en democracia y sabemos que no es cierto. Nos han dicho que el poder reside en el pueblo y nos “han dado libertad de voto” pero se han quedado los medios de comunicación para ellos, para podernos influir. Cuando parecía que comenzaba a haber un bien común, solidario; cuando daba la impresión de que se estaba palpando una sociedad más justa a través del Estado del Bienestar… pues va y entonces, les viene o inventan una crisis y quieren más, y acaban robándonoslo casi todo; hasta nuestra dignidad, quien quiera que sea capaz de percibir esto.
Hay unos pobres pueblos hermanos allá por América Central y del Sur, que se han plantado y han dicho basta al poder del Imperio Occidental. Mi amigo citó al ALBA. Lógico que haya errores, normal que haya injusticias, pero entre unos y otras, mientras aquí te inoculan el sueño americano haciéndote creer que tienes las mismas oportunidades que todos y que todo lo tienes a tu alcance, allí, en aquel mundo hermano demagógicamente demolido desde aquí, allí están tomando conciencia de LO QUE NO ES. Saben que tienen que tirar adelante por el camino de lo común; que es la única ruta que, a trancas y barrancas les puede llevar a buen puerto.
Aquí todos sabemos que las leyes electorales injustas han llevado a lo se ha dado en llamar el bipartidismo. El resto de partidos institucionales, los otros, los “comparsas”, inmersos en sí mismos, han sido incapaces de reaccionar y explicar convincentemente a la población descubriendo las intenciones del poder establecido. Se han limitado a sumarse a los poderosos y pensar (puede que acertadamente) que ellos también eran parte de ese poder. Pero llegó un momento hace año y medio, y apareció el 15M. No sé cómo ocurrió pero surgió. De repente apareció gente que protestaba, esta gente sorprendió a todos pero no tardó en ser difamada. Un sector social surgió y nos vino a decir que algo no iba bien. Hubo intentos de presión para hacer que se integraran en el Sistema convirtiéndose en “otro” partido político, y gracias a dios no ocurrió. Luego se escaló un poco y se llegó hace unos días al 25S, en el que se pretendía “tomar simbólicamente la representación democrática del pueblo” (léase ponerles los huevos en la garganta), pedir la dimisión del Gobierno y reclamar un período constituyente para una nueva Constitución. Esto por primera vez no vendría desde “arriba”, habría sido forzado desde “abajo”, toda una revolución.
El voto es la clave, pero los partidos tradicionales al uso no lo van a hacer. Hay muchos intereses. Dentro de los partidos (y fuera), hay gente con “mucha historia”, gente con pedigrí que no está dispuesta a abandonar “su pureza”. Un montón de partidillos que sólo aparecen en los períodos electorales y que lo único que hacen es beneficiar a los dos grandes. Hay un cansancio general que lleva desesperadamente a la abstención: Más beneficio para los grandes.
Ahora, parece ser que algunos han visto la luz: Hay que ilusionar a la gente. Ha llegado el momento de ceder hasta lograr una opción ilusionante que pueda ser votada por el buen sentido que ha hecho surgir esos Movimientos. Ya está bien de ser quijotes, de ser intelectuales o “sabios” situados en el Walhalla (el lugar de los “dioses”). Son tiempos de “sacrificios” si queremos dejar de seguir siendo idiotas y que se rían de nosotros.
Algo está ocurriendo. Alguna cosa está pasando. Algo se mueve cuando los “puros”, los “auténticos” están comenzando a ver que hay que abrir un nuevo camino: Eliminar la dispersión del voto. Desde el Sistema, producir una nueva “revolución”, sin violencia, utilizando sus propias reglas.
¿Serán capaces de ello? ¿Lograrán vencer sus egolatrías y conseguir lo que la inmensa mayoría (estoy seguro de ello) quiere que se consiga? ¡Es el momento! ¡Que no se rían más de nosotros!
Caña a la idiotez humana que inconscientemente promueve la fracción e impide la unidad.
Juan-Lorenzo dalescana@gmail.com