En cuestiones de equipo: ¿colaboradores o jugadores?

Colaboradores, subordinados, compañeros… PERSONAS. Con sus defectos y virtudes son parte de un equipo liderado. Sus características personales los hacen únicos y diferentes, y dependiendo de eso el líder DEBE amoldar su estilo de liderazgo a cada colaborador.

Generalmente, se ha clasificado a los colaboradores según su capacidad de desarrollo, y también se ha dicho que el jefe tiene subordinados y el líder, seguidores. Quisiera sumar a estas definiciones mi apreciación personal y cómo agruparía yo a los colaboradores para un mejor desarrollo del liderazgo, según sus características.

En principio no estoy de acuerdo con la palabra COLABORADOR. "Co-Laborador" es casi lo mismo que "trabajador" y no hace referencia a equipo, ni a misión, ni a empresa.

Me resulta conveniente mudarnos del escenario corporativo al escenario del juego. Supongamos un juego de fútbol. Todo juego tiene reglas y supone que habrá ganadores y perdedores. También se entiende que hay un campo de juego y, por supuesto, que habrá JUGADORES. La MISIÓN es siempre clara: GANAR.

El líder es, por supuesto, el DIRECTOR TÉCNICO del equipo, que no tiene la habilidad que tienen los jugadores para estar en la cancha, pero sí cuenta con una VISIÓN que no tienen ellos y conoce con EXACTITUD las habilidades y desventajas de cada uno de sus jugadores.

El líder juega desde un costado de la cancha, GUIANDO a los jugadores para que, en LA MODALIDAD DE EQUIPO, logren cumplir con la MISIÓN de ganar el partido. El líder tiene muy clara su VISIÓN respecto al equipo: debe ser el mejor de la zona.

1. Para designar la posición de cada jugador es imprescindible, en primer lugar, conocer si tiene una ACTITUD DEFENSIVA u OFENSIVA. Ese dato ya me define en qué mitad de la cancha lo puedo ubicar. Si es conveniente que haga goles o que esté más cerca del arco (ÁREA COMERCIAL – ÁREA ADMINISTRATIVA), (VENTAS – COSTOS).
2. En segundo lugar, debo conocer su CAPACIDAD DE ADAPTACIÓN, para saber así si su lugar en la cancha será fijo o si puedo moverlo (migrarlo – POLIFUNCIÓN), de acuerdo a la estrategia del equipo contrario o la propia.
3. En tercer lugar, es fundamental saber su CAPACIDAD FÍSICA / INTELECTUAL, para conocer hasta dónde puedo exigirle en la cancha y, si supero sus límites, poder hacer el cambio de jugador en el momento justo del partido.
4. De ahí en adelante, se hace el ajuste fino: si es zurdo o diestro, si es veloz o más lento, etc. Eso definirá con exactitud la posición (o PUESTO), en el que se deben dar dos características:

• EL JUGADOR DEBE RENDIR MÁS Y MEJOR (PARA EL EQUIPO).
• EL JUGADOR DEBE SENTIRSE MÁS CÓMODO (PARA EL JUGADOR).

Debo tener muy claro que, entre los jugadores, tengo que definir un CAPITÁN, que curiosamente no será el que mejor juegue, sino el que mejor haga jugar al resto de jugadores y al que los demás vean como referente. La habilidad del CAPITÁN es organizar cada jugada; INTEGRAR las habilidades una vez dispuestas por el DIRECTOR TÉCNICO en la cancha.

Existe un puesto único en la cancha que no puede ser reemplazado: el arquero o portero. En este caso, las características y el entrenamiento del jugador son muy diferentes a los del resto. Por ejemplo:

• Es la última oportunidad de salvar un gol contrario.
• Su objetivo no es meter goles, sino defender que no los metan (LA MISIÓN ES SIEMPRE GANAR EL PARTIDO).
• Se maneja en un área pequeña y está acotado a un sector definido de la cancha.

En este ejercicio, seguramente hemos reflexionando comparando a un equipo de fútbol con una empresa y nuestra posición en el mismo. Para finalizar con la reflexión, recomiendo hacernos las siguientes preguntas:

• ¿Nuestros jugadores saben con exactitud cuál es su lugar en la cancha y sus objetivos?
• ¿Conocemos a nuestro rival o rivales, su estrategia de juego y sus capacidades?
• ¿Conocemos nuestra propia estrategia y nuestras capacidades?
• ¿Contamos con todos los jugadores o tenemos un equipo incompleto?
• ¿Contamos con jugadores suplentes?
• ¿Contamos con hábiles y buenos jugadores?
• ¿Contamos con un buen equipo?
• ¿En qué lugar de la tabla estamos?
• ¿Entrenamos con la frecuencia necesaria o solamente jugamos en cada partido?
• ¿Nuestro rol de director técnico está bien definido o, a veces, cometemos el error de ocupar una posición en la cancha?
• ¿Perder un partido es perder el campeonato? ¿Y ganar un partido?

Miguel Cané, experto en marketing empresarial y conducción gerencial, y director de SerGerente, comienza a colaborar con nuestro centro. Va a aportarnos contenido tangencial y de calidad para nuestros interesados en el mundo de la empresa y el coaching. Para comenzar, hemos elegido este artículo:

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