Revista Comunicación
Girls es una de las series más polémicas de la todopoderosa HBO, y en general lo que abundan hacia ella son críticas extremas en ambas direcciones y una irritante tendencia de los fans más graciosetes a hacer bromas sobre el hecho de que Lena Dunham se las apañe en casi todos los capítulos para mostrar chicha. Últimamente, sin embargo, he ido notando que esta tendencia se ha invertido ligeramente. Y no, no me refiero a los chistecitos que todavía me tengo que comer día sí y día también por Twitter; me estoy refiriendo a que en general le están cayendo más palos a la tercera temporada de Girls. Me llamó mucho la atención, por ejemplo, este artículo de Manuls en '¡Vaya Tele!' que respeto pero con el cual no estoy de acuerdo en ningún punto. Por eso, en esta entrada quiero mostraros la voz de una generación, o al menos una voz de una generación que sí disfruta Girls, sin spoilers:
Hablemos de los fans de la serie -o haters, cómo queráis o quieran llamarse- que critican Girls porque Hannah aparece demasiado tiempo en pantalla y debido a que es extremadamente narcisista. Lo que respondería a alguien que de esa argumentación es, en primer lugar, preguntarle si entiende cuál es el concepto de 'protagonista'. Hannah es la protagonista de la serie y, por tanto, es lógico que aparezca mucho. No se trata de que Lena Dunham sea egocéntrica. Y si lo es un poco, ¿qué más da? Es su serie, es su historia y ella tiene muy claro lo que quiere contar. Es natural que esa historia pueda gustar o dejar de gustar, pero no se la puede criticar porque Hannah aparezca "demasiado" en pantalla. ¿Que aparece más que sus compañeras? Puede ser. Pero nadie dijo en ningún momento que todas fueran a tener el mismo protagonismo por igual y, además, puede que precisamente disfrutemos y valoremos más a personajes brillantes como Shoshanna porque nos la suministran en pequeñas dosis y no tenemos tiempo ni remotamente para aborrecerla.
Y, respecto a los que la critican por ser extremadamente narcisista, os responderé que sí, claro que lo es. Hannah es brutalmente narcisista, pero es que criticarla por eso es que como criticar a Don Draper de Mad Men por ser un putero egocéntrico. ¿Hay una persona, ya que ha salido a relucir el ejemplo, más narcisista y egocéntrica que tenga la cabeza más metida en el culo que Don Draper? Probablemente no. Sin embargo, estoy seguro de no haber leído ni una sola vez una crítica negativa hacia él por eso. Simplemente mencionan esa cualidad suya, hablan de ella, la diseccionan y la analizan. Hannah Horvath, por otra parte, parece producirle a algunas personas tanto rechazo y desagrado que no son capaces de ir más allá y de tratar de comprender al personaje, un personaje que a mí me parece interesante. Y ojo, no digo que no sea irritante muchas veces, pero de ahí radica parte de ese interés; en que es una mujer egocéntrica y narcisista con profundos problemas psicológicos y con un deje perturbador -esa incapacidad que parece tener a veces de empatizar con otros o de sentir algo por ellos- que me encanta.
Me gusta Girls porque es una serie realista. Hay quien dirá que es extrema y que sus personajes asimismo son extremos, pero a mí me parecen totalmente naturales. Cuando veo un capítulo de Girls siento emociones que me son familiares y que no estoy acostumbrado a sentir con otras series. Siento vergüenza ajena al ver cantar a Marnie. Siento incomodidad con las escenas de sexo, que no siempre son tan brutalmente tórridas, pasionales y románticas como nos las pintan otras series. A veces son torpes, tiernas o incluso aburridas, que se lo digan a Shoshanna. Esos extremos de Girls son lo que la hacen tan natural, porque es una serie donde no pasa nada y donde a la vez pasa de todo. La vida no tiene una línea argumental clara y definida, y Girls tampoco. Eso resulta estimulante. ¿Que se la critica porque sus personajes son mezquinos, hipócritas y egoístas? ¿Os habéis parado a fijaros en la gente (en alguna gente) de vuestro alrededor? Girls es una serie que dice unas cuantas verdades que no siempre son agradables de escuchar, y por eso me gusta. Son veinte minutos semanales que se me pasan en un suspiro. Y el tipo de humor, además, a mí personalmente me encanta, lo disfruto mucho, aunque bien es cierto que es muy peculiar y no es algo que le haga gracia a todos los tipos de personas.
Lo único, ya para terminar, que tengo que decirle a Lena Dunham por mostrar tanto los pechos y, más genéricamente, su cuerpo (épico el episodio que pasa casi al completo en bikini) es: olé tu seta. Olé por luchar contra los esteriotipos, olé por provocar y olé por hacer ver que puede haber belleza en el cuerpo de cualquier mujer. Olé por desnudarnos el cuerpo y el alma de Hannah Horvath.