Año: 2014.
Género: Aventura - Comedia - Fantasía.
País: Estados Unidos.
Duración: 125 minutos.
Dirección: Rob Marshall.
Intérpretes: Meryl Streep, Emily Blunt, James Corden, Anna Kendrick, Chris Pine, Tracey Ullman, Christine Baranski, Johnny Depp, Lilla Crawford, Daniel Huttlestone, MacKenzie Mauzy, Billy Magnussen, Tammy Blanchard, Lucy Punch, Frances de la Tour.
"Deseosos de formar una familia, un panadero y su mujer se lanzan a la búsqueda de varios objetos mágicos para levantar la maldición que se cierne sobre sus cabezas, a la vez que se cruzan con varios protagonistas de cuentos de hadas."
Aplaudo el gran salto de Disney al producir el musical Into the Woods, una amalgama bastante oscura y cínica para los estándares de la compañía, pero que va perdiendo fuelle conforme pasan los minutos y todos los grandes escenarios que supo construir se apelmazan en un estiramiento incongruente que se siente.
De un ritmo narrativo un tanto irregular -no es la misma energía la del comienzo que la del final- Into the Woods cruza a varios amados personajes de la factoría del ratón en el cuento de una pareja de panaderos que no puede formar una familia gracias a una maldición que se cierne sobre su hogar. Caperucita Roja, la Cenicienta, Rapunzel y Jack el de las Habichuelas Mágicas, todos cruzan caminos con los panaderos en una carrera por cumplir su sueño de tener un retoño gracias a la ¿buenaventura? de una extraña y desgreñada bruja de pelo azul. Cohesión es lo que le falta a la historia escrita por James Lapine, pero ritmo es lo que le sobra. Tengo que hacer un pequeño mea culpa y admitir que los musicales no son mis películas favoritas porque me cansan bastante que todos los diálogos estén cantados, pero si el producto está bien contraído, puedo dejar de lado mi obstinación y disfrutar, y eso es lo que precisamente me pasó en esta ocasión.
Lo que no puedo dejar de notar es que todo el proyecto no termina de despegarse de la obra creada por Stephen Sondheim. El director Rob Marshall puede que ya haya incursionado en el género antes -con la excelenteChicago y la regular Nine- pero Into the Woods no termina de esconder sus transiciones teatrales dentro del encuadre narrativo y por momentos la historia pierde el hilo completamente. Hay un sentimiento de cierre para cuando la búsqueda termina, pero todavía quedan casi 45 minutos de trama y el tercer acto acota bastante el poderío que se había gestado hasta el momento.
Al principio de la reseña comenté que la historia era oscura y cínica, y es por ese mismo detalle que la película no se eleva a otros niveles de grandeza. Sí, se le podía pedir un poco más de oscuridad, pero estamos hablando de Disney y bastante pudieron empujar el límite de lo autopermitido con roces muy cercanos a la pedofilia en la historia de Caperucita y el Lobo, así como también el adulterio y la muerte. Sé que Into the Woods podría haber sido otra cosa, pero también estoy al tanto de que un estudio como Disney no se puede permitir una historia aciaga y dura de tragar. Al fin y al cabo, el target demográfico al que apunta la película es el grupo familiar y los padres, que disfrutarán de los ligeros toques de humor negro y subido de tono escondidos aquí y allá.
Destaco mucho al elenco, que se convierten en los personajes que interpretan y aportan todo su carisma, comenzando desde la genialidad en modo piloto automático de Meryl Streep hasta la calidez de Emily Blunt como la panadera soñadora y Anna Kendrick como otra fantaseadora, Cenicienta, quien escapa una y otra vez del lascivo Príncipe Encantador -un Chris Pine entretenidísimo-. Por otro lado, me sorprendieron la frescura de Lilla Crawford como Caperucita Roja y el prácticamente cameo de Johnny Depp como el Lobo Feroz, quien le aporta el toque justo de locura extravagante pero no termina de agobiar, como en sus últimos proyectos. En definitiva, un elenco sólido que hasta en los pequeños detalles de sus secundarios realza mucho el nivel del musical.
El fantástico reparto de Into the Woods y el nuevo toque frío y oscuro de la historia son los motivos de peso para dejarse encantar por esta nueva reinvención de la rueda en cuanto a cuentos de hadas. Sin llegar tan lejos como apuntaba el musical original y a cuestas de varios problemas de ritmo, el film sale airoso por su maravilloso empuje de energía a toda música.