Un soldado que va al campo de batalla a quitar vidas y a jugarse la suya propia necesita un motivo por el que luchar. El jefe del equipo de doce hombres que se van a embarcar en la temeraria misión que narra esta película recibe de su superior una piedra de color negro: «esta es su razón Nelson». Se trata de un cascote recogido unas semanas antes de entre los restos del ataque a las Torres Gemelas. Estamos en el otoño de 2001, en un campamento del ejército estadounidense en Uzbekistán, cerca de la frontera con Afganistán, y lo que a continuación se va a contar traslada a la pantalla el operativo militar real descrito en el libro Soldados a caballo de Doug Stanton.
La televisión habla del crecimiento exponencial de las acciones terroristas de Al Qaeda al mando de Osama Bin Laden en distintos lugares del mundo. Ubica su centro de operaciones en territorio afgano. Un pelotón de ejercicios cerca Fort Campbell, Kentucky, observa cuatro cazas que pasan rasantes sobre sus cabezas. El mando que va a dejar de liderarlos para ocupar un cargo de despacho (Chris Hemsworth) se despide de su esposa camino de la oficina. Los acontecimientos dan un giro radical cuando a las 9 de la mañana de ese fatídico 11 de septiembre los relojes se paran. El grupo entero tendrá que viajar hacia Asia mientras sus familias, aspecto cuidadosamente reflejado en el filme, se despiden de ellos de diferentes maneras pero con una misma preocupación.
En una primera hora modélica el ritmo no nos deja apenas respirar. El planteamiento de la historia, ese equipo de las Fuerzas Especiales liderado por un capitán novato en combate que es trasladado a Afganistán para unirse a un señor de la guerra con el fin de derrocar a los talibanes, resulta tan atrayente como la presentación de quienes van a tomar parte en tan arriesgado cometido.
La relación entre Dostum, ese caudillo uzbeko de la Alianza del Norte, y Nelson, el capitán estadounidense, nos va a ofrecer lo más vistoso de este trabajo. Todo su discurso desactiva y contrapesa ese típico «somos la policía del mundo» que con tanta prepotencia y paternalismo arguye inicialmente el yanqui: «te encuentras en mi país, yo lucho por mi tierra, vosotros os iréis cuando esto termine pero nosotros nos quedaremos aquí». El guión pone en su sitio y hace reflexionar tanto al personaje de Hemsworth como al público con un tono que se aleja bastante del panfleto patriotero del tipo de El último superviviente aportando más realismo y menos épica.
De no ser por una flagrante falta de celo en el montaje estaríamos hablando de una obra notable en lugar de una simplemente interesante. Qué lástima que esa agilidad y tensión iniciales desaparezcan cuando el largometraje se estanca en el asalto al feudo talibán. Minutos redundantes que llevan el metraje hasta más allá de las dos horas cuando de haberse quedado en 90 o 100 minutos habría superado con creces las expectativas suscitadas.
Copyright del artículo © Manu Zapata Flamarique. Reservados todos los derechos.
Copyright imágenes © Alcon Entertainment, Jerry Bruckheimer Films, Black Label Media, Lionsgate, Torridon Films. Cortesía Entertainment One España. Reservados todos los derechos.
12 Valientes
Dirección: Nicolai Fuglsig
Guion: Ted Tally y Peter Craig, basado en el libro Soldados a caballo de Doug Stanton
Intérpretes: Chris Hemsworth, Michael Shannon, Navid Negahban
Música: Lorne Balfe
Fotografía: Rasmus Videbaek
Duración: 130 min.
Estados Unidos, 2018
Anuncios