Autor: Sarah Lark
Editorial: Ediciones B
Año: 2011
Páginas: 752
Sinopsis
Una inolvidable saga familiar en el exótico marco de Nueva Zelanda.
Londres, 1852: dos chicas emprenden la travesía en barco hacia Nueva Zelanda. Para ellas significa el comienzo de una nueva vida como futuras esposas de unos hombres a quienes no conocen. Gwyneira, de origen noble, está prometida al hijo de un magnate de la lana, mientras que Helen, institutriz de profesión, ha respondido a la solicitud de matrimonio de un granjero. Ambas deberán seguir su destino en una tierra a la que se compara con el paraíso. Pero ¿hallarán el amor y la felicidad en el extremo opuesto del mundo? En el país de la nube blanca, el debut más exitoso de los últimos años en Alemania, es una novela cautivante sobre el amor y el odio, la confianza y la enemistad, y sobre dos familias cuyo sino está unido de forma indisoluble.La autora
Christiane Gohl, nombre real de la autora, es una alemana afincada en España cuya profesión como guía turística la llevó a quedar totalmente seducida por Nueva Zelanda, país al que dedica muchas de sus novelas que tan famosa la han hecho. El título que más éxito ha cosechado ha sido En el país de la nube blanca, primer tomo de una trilogía la cual continúa con La canción de los maoríes y El grito de la tierra. A ésta novela siguen otras de igual renombre compuestas por la "Trilogía Kauri" y la "Serie del Caribe".Sara Lark es uno de los varios sinónimos que la autora hace servir para escribir sus novelas. También como Ricarda Jordan ha conseguido muy buenas críticas, entre sus novelas publicadas en España se encuentran La doctora de Maguncia, El juramento de los cruzados y El misterio de la peregrina.
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Mi opinión
Ni sé ya el tiempo que llevaba queriendo leer a Sarah Lark, demasiado diría yo. Me apetecía mucho empezar por la primera novela, En el país de la nube blanca, porque tengo la manía de leer siempre las series desde su inicio, así que estaba empeñadísima en iniciarme con este libro pero necesitaba tranquilidad para saborearla y tiempo para poder devorar sus más de 700 páginas. Después de la experiencia, puedo decir con toda seguridad que seguiré leyendo a la autora. Me encanta la novela landscape, esa forma tan espectacular de desarrollar la imaginación a través de la lectura es un gozo total y si se hace con novelas como ésta el disfrute está garantizado.Nueva Zelanda es el exótico lugar al que se dirigen Helen Davenport y Gwyneira Silkham, dos mujeres de clases sociales distintas que se conocen en el Dublín, el barco que las lleva rumbo a su nueva vida. Helen es institutriz en casa de la familia Greenwood y es feliz con su trabajo, pero a su edad, teniendo al cargo la educación de sus hermanos y con su escasa dote, ya empieza a ver difícil poder formar una familia. En estas circunstancias, Helen decide aceptar la oferta de matrimonio que le hace Howard O´Keefe, un granjero de Nueva Zelanda con el que ha mantenido correspondencia. Gwyneira es una joven de la clase alta cuya rebeldía la aleja del supuesto comportamiento que toda dama de su categoría debe tener. Su vida cambia cuando Gerald Warden, el barón de la lana, llega de Nueva Zelanda para comprar las mejores ovejas a fin de que le ayuden a aumentar la calidad de la lana de su granja, y consigue la mano de Gwyneira para su hijo Lucas. De este modo, las dos chicas se embarcan hacia Nueva Zelanda.
Helen y Gwyn son en apariencia personajes totalmente distintos e incluso opuestos, no solo por ser de clases sociales diferentes sino por su caracteres tan diferentes, sin embargo pronto congenian y se hacen grandes amigas. Tras compartir largo tiempo de travesía, las dos mujeres llegan a Nueva Zelanda y descubren que la realidad no es como la habían imaginado. Son personajes con mucha fuerza, muy bien perfilados, resultan creíbles y es fácil cogerles cariño. A pesar de que las dos mujeres son protagonistas indiscutibles de la historia, hay otros personajes que también tienen gran importancia en la novela, principalmente los masculinos, aquellos que marcan las vidas de Helen y Gwyn. Todos conformar una gran variedad de personajes bien caracterizados y resultan muy humanos y verosímiles.
La trama se desarrolla a lo largo de muchos años, de modo que el lector no solo es testigo de las vidas de Helen y Gwyn sino también de sus descendientes. La novela tiene buen ritmo, algo más lento en su inicio, y resulta de fácil lectura y muy amena. La ambientación me ha parecido perfecta, los escenarios están muy bien recreados y las descripciones son capaces de trasladar al lector a las tierras donde se mueven los protagonistas. Y además, muy destacable, el contexto histórico y todo lo que la autora da a conocer sobre el pueblo maorí y sus costumbres. Estamos sin duda ante una novela bien escrita, cautivadora y emocionante. Amor, desamor, celos, odio, envidias... hay de todo en estas páginas para pasar unas cuantas horas de buena lectura. Muy recomendable.