Vista de la instalación, en primer término Crani 376, Antoni Tàpies , 1987 y en segundo The work vo3, Imogen Stidworthy, 2011. Foto: Camilayelarte
Paul McCarthy, Ketchup Sandwich, 2011. Foto: Moderna Museet/Stockholm – Åsa Lundén. © Paul McCarthy, 2011-2012
En el primer cercle es una exposición que invita a explorar los distintos niveles de comunicación posibles más allá de la palabra hablada. Afrontando los límites físicos, visuales y sensoriales del lenguaje, el espacio de la Fundació Tàpies se convierte en una suerte de paisaje donde la obra de 25 artistas se confronta con el trabajo de la propia Imogen Stidworthy dando lugar a un complejo sistema de intersecciones. Cada obra está de algún modo conectada con aquellas que la circundan, mostrando los distintos modos de lectura que existen desde la información no lingüística.
En primer término, Werner Feiersinger, Untitled, 2010, en segundo, Bas Princen, Valley (Jing'an), 2007 y Grid II, 2009. Foto: Camilayelarte
Dominique Hurth, Failed Suprematist Futures, 2010. Foto: Camilayelarte
El título de la exposición hace referencia a la novela homónima del premio nobel Aleksandr Solzenicyn publicada en 1968. El uso de un método de análisis de la realidad a través de la creación de conexiones entre hechos aparantemente aislados que caracteriza la novela, sirve como referencia a Imogen Stidworthy y Paul Domela, también comisario de la exposición, para construir un discurso expositivo que trata de aniquilar las fronteras de la comunicación.
Imogen Stidworthy, Topography of a Voice, 2008-2009. © Imogen Stidworthy, 2011-2012
Thierry De Cordier, Gargantua, 1996; Asier Mendizábal, Sin título (sin título, Kalero), 2009. Foto: Camilayelarte
En el primer cercle es una exposición exigente con nuestro rol como público, puesto que se nos pide que desarrollemos nuestra capacidad de percepción y comunicación más allá de lo que estamos habituados, poniendo a prueba nuestros propios límites e invitándonos a traspasarlos a través de las obras.