Los tres vídeos que acompañan esta entrada son de imprescindible visionado (al menos parte de ellos) para entender el contenido. Todo empieza con el discurso del nuevo rey, pronunciado en la mañana del jueves 19 de junio en el Congreso de los diputados para éxtasis de monárquicos y monárquicos con alma republicana (sic). Debo reconocer que no lo escuché, aunque sí he leído y escuchado comentarios al respecto. Repleto de lugares comunes y de las imprescindibles buenas intenciones que debe contemplar cualquier discurso político de cara a la galería que se precie. La mayoría de las veces pura estética, puesto que las palabras están vacías de contenido. Me temo (pero no me sorprende) que en esta ocasión también será así.
El vídeo que abre este post corresponde a los dos últimos minutos del discurso de Felipe VI. Os podéis ahorrar el primer minuto y pasar a la parte en que asegura que “en esa España unida y diversa basada en la igualdad de los españoles, en la solidaridad entre sus pueblos y en el respeto a la ley cabemos todos. Caben todos los sentimientos y sensibilidaddes, caben todas las formas de sentirse español”. En realidad, esta es la única parte de la intervención que me interesa, porque aunque sobre todo se está refiriendo al conflicto identitario que se vive con quienes reclaman una consulta ciudadana en Catalunya sobre la independencia, ese “caben todos los sentimientos y sensibilidades” contrasta brutalmente con el siguiente vídeo, grabado por eldiario.es esa misma tarde en la madrileña puerta del Sol.
Ya durante la mañana se había reprimido cualquier exteriorización de simpatía por la república, llegando hasta el ridículo extremo de impedir la libre circulación a una persona que llevaba una chapa republicana, pero lo de la tarde es propio del peor régimen dictatorial. Viendo las imágenes de esos perros rabiosos vestidos de azul y con casco golpear indiscriminadamente y con toda la saña de la que son capaces a personas que lo único que hacen es manifestar pacíficamente su ideología política me pregunto qué harían si tuvieran vía libre para utilizar armas más contundentes. No me cabe duda de que entre esos supuestos agentes de seguridad hay unos cuantos que aman la violencia y desearían poder cargarse a algún perroflauta zarrapastroso. Lástima que por el momento la ley no lo permita.
Y es aquí donde toca pasar al tercer vídeo. Lo grabó la ONG Pro Derechos de la Infancia de Melilla pocas horas antes de la coronación. Vais a necesitar muy pocos segundos de visionado para comprender de qué se trata. Advierto de que son imágenes muy duras, donde queda al descubierto la extrema violencia con que se emplean los “policías” marroquíes para escarmentar a las personas que intentan acceder a España a través de la valla fronteriza. Violencia cruel y gratuita que se produce en territorio español ante la atenta e impasible mirada de la Guardia Civil. Incluso al final de la grabación se aprecia cómo las palizas de los agentes marroquíes acaban matando al menos a cuatro inmigrantes.
Así es cómo tratamos en España a las personas de raza inferior. De hecho, esos negros no pueden considerarse humanos, así que porque se carguen a unos cuantos tampoco nos vamos a poner a llorar. Eso sí, el trabajo sucio se lo dejamos a los moros, que para eso les pagamos. Sí, Marruecos recibe dinero de España y de la Unión Europea para que se encargue del control de la frontera de Ceuta y Melilla, es decir, para que se ensañe con quienes intenten superarla.
No voy a entrar en el debate sobre la utilidad y/o necesidad de las fronteras. Simplemente me centro en la cuestión de los derechos humanos. ¿Si esas personas torturadas con la connivencia de la policía española fueran españoles inentando llegar, qué sé yo, a Suiza, qué opinaríamos?
Dice el señor rey que en España cabemos todos, pero mucho me temo que ni por una milésima de segundo pensaba en quienes pretenden entrar a nuestro país por África.