Revista Opinión

En guerra

Publicado el 16 abril 2011 por Carmentxu

El gesto rutinario, casi inconsciente, de poner los pies en el suelo enciende cada mañana el interruptor que mueve la maquinaria de la guerra. Suspendidos en sueños durante horas, el tacto duro y frío en la planta del pie nos coloca exactamente en el mismo punto de realidad del que salimos la noche anterior. Tras maquillar los desperfectos, recomponer el estropicio onírico y enfocar de nuevo el objetivo, retomamos la batalla en la misma trinchera donde la dejamos la noche anterior.
En guerraVivimos en guerra contra la subida de precios, contra el recorte de derechos, contra el vecino, contra Endesa, contra el jefe, contra la corrupción, contra el terrorismo, contra el doble rasero… También contra nosotros mismos, siempre perdiendo una batalla en la que rara vez acabamos en tablas y en la que cada pequeña conquista es una victoria amarga, con demasiadas bajas. Extraña guerra ésta en la que las armas que utilizamos se revuelven contra el creador.
Fabriqué y me pertreché de bombas de racimo hace un tiempo: las necesitaba porque no tenía identificado al enemigo y la mejor manera de acabar con él era hacerse con munición que se convirtiera en fuegos artificiales, en cientos de pequeñas armas más pequeñas que atacaran varios frentes a discreción. Perdí la conexión con el frente y aún espero el parte de guerra y el balance de víctimas.
Cuando se venden armas, sean de racimo, pistolas, minas, ametralladoras, lanzagranadas o misiles de precisión, se muere un poco por dentro y la ética acaba hecha un colador. Perdemos biodiversidad mientras la diversidad de formas que adopta la muerte crece sin parar. Lo mejor que te puede pasar es que te pillen para que no vuelvas a hacerlo, aunque sólo sea por vergüenza y para recargar el sistema de humildad. ¿Internacionalizarse? Sí, es una salida al miasmo económico, pero no todo vale. Vender muerte es un mal negocio y se corre el riesgo de que, al despertar al día siguiente, no haya pies que poner en el suelo cada mañana.


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