Los cantautores nunca dejan de estar de moda. Se echan en falta cada día más.
“En la fiesta nacional
yo me quedo en la cama igual
Que la música militar
nunca me supo levantar
En el mundo, pues, no hay mayor pecado
que el de no seguir al abanderado;
No, a la gente no gusta que
uno tenga su propia fe.”
(La mala reputación, de Georges Brassens, traducido por Paco Ibáñez y versionado por Loquillo y los Trogloditas)
