El viernes por la noche las calles de Valencia eran testigo de un grupo de adultos que bailaban al ritmo del Ghostbusters que nos habíamos quedado con las ganas de escuchar en la virtuosa guitarra eléctrica de Alberto Sánchez, quien nos había regalado un animado recital de versiones cinematográficas. La velada la había abierto la sorprendente voz de Sofía Rhei, quien, acompañada por las notas intimistas de su guitarra, nos dejó con la boca abierta recitando sus poemas «bisexuales» (a lo que ya me referí en la primera parte de esta crónica).
«¿Ghostbusters? Really?» Lo sé. Uno empieza a tener una edad, y a veces olvida dónde ha dejado el criterio musical (y Gemma Solsona, que es una mala influencia). Pero sólo a veces.
El «concierto» continuó en el taxi, para desgracia del sufrido conductor, que flipó bastante. Pero qué risas…
La logística para salir de ahí era demasiado complicada, así que Júlia tuvo que pasar bajo la mesa…La noche siguiente, la de la cena de gala y la entrega de los premios Guillermo de Baskerville, Ignotus, Domingo Santos y Gabriel, también fue muy musical. Debe ser que viajé a Valencia con el cuerpo bailongo, porque lo mejor del evento fue el discotequeo posterior, muy ochentero. Lo de la edad, ya sabéis… Bueno, el discotequeo y la elegancia de Júlia pasando por debajo de la mesa para poder ir al baño.
Por supuesto, los premios estuvieron muy bien (el menú vegetariano no tanto, ¿verdad, Greta?), sobre todo para los galardonados, que fueron numerosos. Aquí podéis consultar el listado.
Si se me permite un comentario/sugerencia respecto a la forma de otorgar los Ignotus, desde mi irrelevante punto de vista, la convocatoria ganaría prestigio y credibilidad si mediara un jurado independiente, pues tener muchas amistades en redes sociales no garantiza en absoluto que se valore la calidad. De hecho, mediante el sistema de votación actual, es perfectamente posible que las obras premiadas sólo las haya leído una minoría de sus votantes (que no digo que sea lo que ha pasado). Pero bueno, si lo que importa es el show de la velada, ya está bien así.
Hasta aquí el pachangueo y la nota crítica. Vayamos ahora con el contenido literario, que hay mucho y bueno.
Ana García Herráez en uno de los magníficos retratos de Sergi Albir.Empezando por la primera conferencia a la que asistí, centrada en la obra de William Shakespeare, nada menos. Ana García Herráez nos abrió el apetito de conocimiento con una clase magistral sobre la influencia del componente fantástico en la obra del genio inglés, y cómo estas referencias han influido posteriormente en numerosos clásicos de la literatura y el cine de género. Hamlet, El Rey Lear, La tempestad, El sueño de una noche de verano… Brujas, espíritus, personajes mitológicos, magos, duendes… pueblan algunas de las obras consideradas grandes clásicos de la literatura, que, a su vez, han influido en otros clásicos contemporáneos. Hay muchos ejemplos, entre ellos dos de las obras maestras del género fantástico: El Señor de los Anillos y Harry Potter.
En la Hispacón hubo varias mesas redondas muy interesantes para conocer las diferentes opciones de publicación y la manera de trabajar de algunos autores reconocidos.
Edición tradicional, coedición, crowdfunding, autopublicación… Las opciones ya las conocemos todos los que llevamos un tiempo tratando de meter la cabeza en el mundo editorial. ¿Cuál es la mejor? A estas alturas, y aunque soy un firme defensor de la autopublicación (pero… Si os interesa profundizar en mis reflexiones al respecto, recomiendo las cartas que intercambiaba con mi colega Toni Cifuentes), no creo que nadie dude de que lo mejor es que una editorial seria apueste por tu obra. Y con seria no necesariamente me refiero a una de las grandes.
El debate está bastante sobado, porque más o menos las conclusiones acaban siendo las mismas. La principal de ellas, que si uno quiere publicar a toda costa acaba haciéndose buena la opción que se lo permita, incluso si cae en manos de esos (abundantes) piratas que se hacen pasar por editoriales. Luego llegan los lloros, demasiado tarde casi siempre.
Féliz Carreira, Begoña Pérez, Mar Goizueta, Aranzazu Serrano y Fali Ruiz-Dávila. Foto: Sergi AlbirEn cualquier caso, resultó interesante escuchar la experiencia de una crack de la literatura fantástica como Aranzazu Serrano, feliz por el éxito de su saga Neimhaim, de la mano de Plaza & Janés. Con el segundo libro, El azor y los cuervos, publicado en 2019, ha sido finalista de los European Science Fiction Awards. Casi ná.
Junto a ella estuvieron Begoña Pérez, quien defendió la coedición con base en su experiencia positiva; Mar Goizueta, premio Chrysalis 2019 como mejor autora emergente en los Premios de la European Science Fiction Society, quien ha publicado dos obras con el sello independiente Ediciones Vernacci; Félix Carreira, quien ha publicado dos novelas con una de esas editoriales que yo no considero editoriales porque cobran por publicar, y la calidad del trabajo que se supone que deberían hacer deja mucho que desear (es apreciación personal; obviamente, cualquiera es libre de hacer con su dinero lo que le plazca); y Fali Ruiz-Dávila, con una prolífica producción como novelista, guionista, ensayista, de quien resultó muy interesante conocer su incursión en la creación de juegos de rol mediante el crowdfunding.
Bases de la narratología en Hispacón 2019. Foto: Daniel PérezLa otra mesa redonda que quiero destacar es la que protagonizaron Sofía Rhei, Laura Fernández, Juan Miguel Aguilera y David Luna, todos ellos con una sólida carrera editorial. El encuentro lo moderó la autora novel Marta Edda (de quien hablé en la crónica anterior). Estoy seguro de que coincidirá conmigo en que fue una tarea sencilla gracias al nivelazo de sus acompañantes. Siempre es un gustazo conocer la manera como cada autor afronta el trabajo de creación: los personajes, los escenarios, el tipo de narrador, el tiempo, cómo gestionar las tramas… E, invariablemente, uno se da cuenta de que existen tantos métodos y tantas estrategias como autores hay. Lo importante es hallar la que nos funciona a cada uno, con la que nos sentimos más cómodos para dar lo mejor de nosotros.
Me consta que la organización de la Hispacón 2019, que grabó todas las charlas, tiene previsto colgarlas en Internet cuando sea posible. Esta es una de las que no hay que perderse.
Afrontemos el proceso creativo de la manera que sea y publiquemos como sea que nos dejen, lo que, en cualquier caso, resulta imprescindible (por mucho que no pocas editoriales, incluidas las serias, las piratas ni te cuento, prescindan de ello) es una buena corrección de lo que sea que hayamos creado. Y resulta que en Valencia desvirtualicé (se dice así, ¿verdad?, aunque me suena fatal) a una estupenda escritora y mejor correctora de la «terreta», compañera de experimentos narrativos en Insectos comunes, cuya web Relatos Magar es una de las imprescindibles. Estoy hablando de Esther Magar (respetaré el pseudónimo…), quien iba muy bien acompañada de otra colega, de Castellón ella, a quien llamaremos L (es como sugiere que la llamemos en Delirios y palabras).
Me contaron algunos chascarrillos del gremio, despotricamos (quién no) de esa primera página demencial del premio Alfaguara (no tengo intención de leer la segunda; quien no sepa de qué hablo, que le pregunte al Sr. Google), y formaron parte del público estupendo y participativo que dio vidilla a las dos charlas en las que participé como miembro de esa secta literaria que es la Plataforma de Adictos a la Escritura (PAE).
Dios, qué bien traídos estos dos últimos párrafos.
Ante las diversas bajas de última hora que causaron algunos de mis compañeros, asumí el reto de participar en dos mesas redondas que no había preparado en absoluto, pero bueno, tengo rollo y el morro suficiente para dar el pego, y, sinceramente, creo que tanto la que trató sobre los personajes secundarios como la que dedicamos a los spoilers quedaron curiosas. Como decía, el público estuvo muy participativo y la sensación fue que nos divertimos bastante.
Manu y yo, atendiendo a las expresivas explicaciones de Júlia. Foto: Sergi AlbirNo me voy a enrollar ahora con un tema, el de los personajes secundarios, que como creador me fascina y, por tanto, me daría para añadir mil palabras extra a esta crónica que ya suma 1.300. Junto a Manu Gris y Júlia Díez, hablamos de nuestra forma de desarrollarlos, del papel que les otorgamos, de su influencia en el desarrollo de la historia y del peligro que supone encariñarnos con un secundario hasta el punto de que «devore» al protagonista. Entre el público surgieron ejemplos muy interesantes de secundarios que enriquecen de manera decisiva la obra de la que forman parte. ¿Cuáles se os ocurren?
En cuanto a los spoilers, el motivo de plantear la charla fue esa obsesión creciente con no revelar absolutamente nada de ninguna obra de ficción, ni siquiera de las consideradas clásicas, que se supone que todo el mundo conoce aunque no la haya leído/visto. Planteamos ejemplos de obras que comienzan por el final, con la muerte del protagonista, por ejemplo, o de las basadas en hechos reales, que pese a conocer el desenlace concitan nuestro interés. Y como en la sesión anterior, las aportaciones del público enriquecieron el debate.
Todo el mérito de esa cara de buena persona es del fotógrafo, Sergi Albir.Como la delegación PAE era muy nutrida, Gemma Solsona y Greta Mustieles se sumaron a la mesa en lugar de Manu, que tuvo que marchar. Me cuesta imaginar un spoiler más bestia que el que sufrió Greta en plena proyección de El sexto sentido… Me ahorro el spoiler del spoiler.
Llego al final de esta crónica en dos partes, consciente de que me dejo muchísimo contenido de la Hispacón 2019. Hago mención a la última charla a la que asistí, en la que Helios De Rosario, miembro de la Sociedad Tolkien, hizo un recorrido por el mundo de los elfos. Al principio de la primera parte de la crónica decía que yo no soy un gran aficionado a la literatura fantástica, pero lo cierto es que he leído algunas obras del género, entre ellas la mayor parte de las publicadas de J. R. R. Tolkien. El Silmarillion, dos veces. Y la segunda lo disfruté mucho. Para alguna gente esto debería convertirme automáticamente en friki, ¿no?
En fin, que tonterías aparte, mi primera experiencia en una Hispacón, la del 50 aniversario además, ha sido genial. Sólo me queda agradecer el trabajazo a la organización y, si acaso, sugerir un programa menos cargado para próximas ediciones, de manera que dé tiempo a procesar los contenidos entre sesión y sesión.
¡Larga vida a la literatura fantástica, de ciencia ficción y de terror!
Ah, una última cosa: que me ha infectado el virus navideño y, además de desearos un muy feliz 2020, me ha dado por hacer un regalo literario a quien lo quiera recibir. Lo he bautizado como Relatos de amor que no fue, que pudo ser y que siempre será. Es un librito en pdf con tres de mis últimos relatos, que podéis descargar by the face en este enlace.
Ahora sí, ¡hasta el año que viene!
El Valle de Pineta me da la felicidad. Foto: Benjamín Recacha