En mi clase ha surgido el amor y hay una nueva pareja....pero no es una pareja de las normales....es la típica pareja que de tan empalagosos y juntos que están todo el día, tenemos la leve sospecha que sus átomos acabarán fusionándose hasta convertirse en una sola persona o en una especie de siameses del amor...
Pero lo que si que tenemos claro, clarísimo, es que este tipo de parejas son lo más incómodo que se puede sufrir como espectador ( especialmente si se dedican a comerse la boca y casi se violan en medio de la clase).
El amor puede ser lo bonito que queráis, pero hay ciertos puntos que rozan sospechosamente la obsesión y la exageración, cuando una pareja, sobretodo las que se conocen relativamente hace poco tiempo, acaban perdiendo la identidad como persona individual para convertirse en una identidad conjunta e inseparable, proclamando su amor intenso y eterno. Bueno, pues dejadme poner en una gran duda la durabilidad de este tipo de parejas ( ya veremos hasta cuando la parejita de clase se mantiene tan feliz y tan desatados).
Cuando estas parejas acaban desarrollando comportamientos como el ir a todos lados juntos todas las horas posibles ( hasta al lavabo), estar uno encima del otro en todo momento, como una sola persona en vez de dos separadas ( casi usan solo una sola silla)...demuestran a la larga que son las que menos futuro y menos éxito tienen. Quizás por esa típica frase que se dice de " se acabó el amor de tanto usarlo", quizás porque, si somos fieles a la ciencia, el amor, como algo meramente biológico y químico, tan solo dura un tiempo; tiene un tiempo fijo de caducidad y no suele ser demasiado largo.
Así que sí, hay que disfrutar del amor y aprovecharlo al máximo, pero como todo lo bueno, hay que hacerlo a pequeños sorbos, sin gastarlo en exceso, sin hacer que acabe resultando anodino, sin necesidad de pregonarlo demasiado a los cuatro vientos y, públicamente, hacer de eso tan bonito, una situación tremendamente incómoda para el resto de gente que nos rodea.
Y quizás sea una opinión muy nazi por mi parte, pero no puedo evitar que este tipo de situaciones y este tipo de gente me ponga totalmente de los nervios y no pare de pensar en lo poco que me gusta ese tipo de amor y lo mucho que parece que lo disfruta la gente.
Revista Coaching
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