Ambos nacieron con pocos días de diferencia y se han ido también casi al mismo tiempo. Ley de vida, el reloj biológico es implacable.
Ahora es todo diferente, cualquier cosa por mínima que sea se vive de manera distinta. Todo ha cambiado tanto…
Estas imágenes son muy especiales, son las primeras sin mi padre. Sin miedo a despertarlo, sin miedo a que escuchara mis pasos al pasar por su habitación. Sensaciones extrañas en oscuras noches.
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Justo tomando esta otra fue cuando nos abandonó mi tío, fue cuando sonó el teléfono con la fatal noticia. Nada podía hacer desde aquí, salvo observar y recordar todo aquello que me enseñó: observar el cielo, impresionarme con el rastro de las estrellas fugaces o a seguir el movimiento de los satélites de Júpiter.
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Nada podemos hacer ya, salvo tenerlos siempre presentes y recordarlos tal como eran. Siempre quedarán en mi memoria.