Paraguay es el país sin costa más pequeño del continente americano (sólo hay dos que no limitan con algún océano o mar, el otro es Bolivia), y la cantidad de películas que se producen podría pensarse que es inversamente proporcional a la distancia de los océanos, pues la producción paraguaya se limita a poquísimos largometrajes al año (de presupuesto más o menos grande sólo dos o tres). Eso sí, para contar con tan pocos filmes producidos, al menos se cuida la calidad, como en ‘7 cajas’, el trabajo seleccionado de este artículo, que obtuvo incluso reconocimiento internacional en 2012.
Por encima de otros factores, esta vez creo que habría que destacar especialmente la labor de dirección, llevada a cabo por dos personas: Tana Schémbori y Juan Carlos Maneglia, y es que construyen un puzle claustrofóbico con un ritmo incesante que no permite que el espectador se distraiga.
En cuanto al equipo artístico, esta vez los más jóvenes dan una lección a los mayores, pues interpretativamente están muy por encima del elenco de mayor edad. Tanto Celso Franco como Lali González defienden unos personajes muy creíbles, mientras que otros actores del reparto no están a la altura y hacen que el nivel de actuación decaiga cuando aparecen en pantalla (me refiero a los intérpretes de los personajes más oscuros).
El planteamiento argumental es bastante simple: en un mercado, a un chico que se dedica a transportar materiales con una carretilla manual, le encargan que se haga cargo de 7 cajas, a la vez que le entregan un teléfono móvil a través del cual le irán dando instrucciones para indicarle qué hacer con la mercancía. Todo esto a cambio de 100 dólares, que él quiere conseguir para comprarse un móvil con cámara, por lo que se implica de lleno en el encargo.Una serie de malentendidos hace que un peligroso grupo de delincuentes quiera conseguir a toda costa lo que transporta el joven, con lo que el trabajo se convierte en una peligrosa persecución.
Recomendada para cuando apetece desconectar, sin necesidad de buscar historias enrevesadas o filosóficamente complicadas. Un chute de acción desarrollado en prácticamente un solo escenario (un mercado de Asunción). No es una película para el público infantil, aunque el protagonista tenga 17 años, pues existe violencia, sangre, disparos e incluso algún cuerpo cortado en pedazos.