Víctor Guerra, en una imagen tomada en el Centro Antiguo Instituto durante la celebración del congreso internacional sobre masonería. Foto MARCOS LEÓN
Cuatro logias reavivan desde Gijón y Oviedo la tradición masónica en Asturias"Hemos tenido que reconstruirnos", afirma Víctor Guerra, que acaba de reeditar su libro sobre la influencia local del Gran Oriente de Francia
Diario La Nueva España 13.09.2015 | 07:05Periodista: J. L. ARGÜELLES (LNE) La masonería asturiana quiere recuperar su antigua pujanza, la que tuvo en los años anteriores a la Guerra Civil, cuando la logia "Jovellanos" era una de las más notables del país. Cuatro logias, tres en Gijón y una en Oviedo, tratan de reavivar aquella tradición desde unas condiciones sociales y culturales que son muy distintas. Institución discreta por definición y objeto de las más pintorescas especulaciones, algunos masones del Principado saben que, si quieren aspirar a algún tipo de influencia, tienen que adaptarse a una sociedad abierta en la que la información fluye desde todas partes. El gijonés Víctor Guerra es uno de los masones asturianos que no se esconde. Se define como "un masón 'full time'". Fue co-fundador de las logias "Amigos de la Naturaleza y Humanidad" y de la "Rosario de Acuña", dos sociedades masónicas desde las que prende parte de la actual masonería asturiana. No ha sido un camino fácil. Los masones fueron uno de los objetivos a perseguir y batir por el franquismo. Al término de la Guerra Civil, en 1940, Franco firmó una ley que denominó, para alejar cualquier duda, "contra la masonería y el comunismo". Una persecución que duró cuarenta años. Y otras cuatro décadas en las que los escasos masones activos no han evitado las diferencias entre ellos. Los cambios de obediencia o los debates por el ingreso de mujeres han contribuido a dibujar el actual mapa de la masonería asturiana. Posiblemente no haya más de cien masones activos en el Principado y unos cuatro mil o cinco mil en España. Son cifras exiguas si las comparamos con las de la vecina Francia. "Hemos tenido que reconstruir nuestra historia y nuestros ritos", afirma Víctor Guerra, que acaba de reeditar una versión ampliada y mejorada de su muy interesante libro "El Gran Oriente de Francia en Asturias. Las logias gijonesas desde el siglo XIX al XXI".
Este masonólogo, además de masón, tiene otras publicaciones sobre los ritos moderno y francés. Acaba de participar en el XIV Simposium Internacional de Historia de la Masonería, que se clausuró ayer en Gijón, con una documentada aportación sobre la Logia "El Trabajo". Fue una de las escasas logias compuestas exclusivamente por obreros y tuvo actividad en la Fábrica de Armas de Trubia entre 1872 y 1892. Venerable de la Logia de Investigación "Los Modernos", ahora es miembro de la logia "Progreso", con sede en Oviedo y bajo los auspicios del Derecho Humano (DH) y una de las cuatro asturianas. Las otras tres son las gijonesas "Estrella del Norte" (GLFE) (está integrada sólo por mujeres), "Jovellanos" GLE y "Rosario de Acuña" GOdF.. Estas tres comparten local en La Calzada. El protagonismo de algunas mujeres, que han alcanzado la distinción de "venerable" en tres de esas logias, es cada vez más importante. Salvo la logia "Jovellanos", el resto son logias mixtas. Víctor Guerra cree en una masonería "operativa", resultado de una "inquietud" que "ha de hacerse visible y ser combativa". " Su potencial, que es mucho por la transversalidad, está en que no sea una institución cerrada", explica. Admite que los masones asturianos, al igual que ha ocurrido en otros muchos lugares de España, han tenido fricciones en ese proceso de "reconstrucción" de la masonería. Él mismo abandonó la logia "Rosario Acuña", que había ayudado a restablecer en el cambio de siglo (XX-XXI): "Hemos aprendido a respetarnos y a convivir. Hasta el cambio de siglo hubo muchas turbulencias; ahora estamos en una época de mayor madurez y las logias se han asentado y se han hecho mucho más maduras", dice. ¿Por qué se hace uno masón? "Cada uno tiene sus razones y su historia personal", responde. "En mi caso ha sido esa inquietud espiritual y social de la que hablamos", añade.