FICHA TÉCNICA
Dirección: Kevin Munroe
Guion: Thomas Dean Donnelly, Joshua Oppenheimer; basado en la serie de cómics Dylan Dog, de Tiziano Sclavi
Producción: Ashok Amritraj, Scott Mitchell Rosenberg, Gilbert Adler
Música: Klaus Badelt
Dirección de fotografía: Geoffrey Hall
Montaje: Paul Hirsch
Diseño de producción: Raymond Pumilia
Vestuario: Caroline Eselin
FICHA ARTÍSTICA
Dylan Dog: Brandon Routh
Marcus: Sam Huntington
Elizabeth: Anita Briem
Gabriel: Peter Stormare
Vargas: Taye Diggs
Argumento:
La precaria tregua entre los distintos ejércitos de los muertos está a punto de romperse, y Nueva Orleans será el campo de batalla, a menos que un hombre sea capaz de resolver un misterio, preservar la paz y conservar su vida…
Desconozco cómo será el famoso cómic en el es que está basado, pero deseo y espero con todas mis ganas que sea mejor que la película ante la que nos encontramos.
Típico detective -en este caso de muertos vivientes- con pasado doloroso y marcado que le hace cambiar el mundo de los muertos por el de los vivos, típico amigo graciosete, sólo que éste no es graciosete, lo sentimos Sam; típica rubia en apuros y bueno, zombies, hombres lobos -feos, muy feos- y vampiros mezclados en el mundo de los humanos.
Tan acostumbrados estamos a los zombies que nos quieren comer, que encontrarte con los zombies de esta cinta, que conviven y trabajan mientras se van pudriendo, choca bastante, eso para empezar. Pero por lo demás, los hombres lobo y los vampiros sufren profesiones y personalidades tan usadas y tan tópicas que deja de tener gracia.
Por si esto no fuera poco, de las casi dos horas que dura la película, se pasan dos horas menos diez minutos de charla. Esto quiere decir que no hacen más que explicarnos las cosas a través de diálogos, contarnos historias que no nos interesan y darle más a la sin hueso que meternos de lleno en la acción y en lo supuestamente trepidante que podría ser la aventura. Aburren hasta a las ovejas.
Los personajes no llaman nada la atención, son bastante sosos y lo sentimos por los actores pero aparte de un Taye Diggs que se conserva estupendamente, y de un Peter Stormare exagerando su papel de hombre lobo, no tenemos nada actractivo, y ya sí que no me refiero a físicamente.
Tampoco quiero destripar el film, solamente ahorraros un mal trago. Pero es que ni la fotografía, ni el montaje están bien realizados. No sé si la persona encargada de la continuidad se ha llevado alguna colleja o no, pero debería, sobre todo si son cosas que luego se ven a la hora de montar. Fallos gordos por todas partes. Así que mejor refrescaros en otra sala, porque desde luego que Dylan no os va a salvar el cuello.