FICHA TÉCNICA:
Dirección: Julie Delpy
Guión: Julie Delpy
Producción: Michael Gentile
Fotografía: Lubomir Bakchev
Montaje: Isabelle Devinck
FICHA ARTÍSTICA:
Anna: Julie Delpy
Albertine: Lou Alvarez
Jean: Eric Elmosnino
Linette: Aure Atika
Monique: Noémie Lvovsky
Mamie: Bernadette Lafont
Mémé: Emmanuelle Riva
Tío Loulou: Marc Ruchmann
Christian: Vincent Lacoste
Clémentine: Sophie Quinton
Micheline: Valérie Bonneton
Argumento:
Julio de 1979. Albertine, de diez años, y sus familiares se reúnen en una casa de Bretaña para celebrar el cumpleaños de la abuela un animado fin de semana. “El Skylab” es una comedia que abarca la historia de tres generaciones de una familia, y cuyo título hace referencia a la estación espacial de la NASA, que hizo un aterrizaje imprevisto en la tierra y que aterroriza a la madre de Albertine, obsesionada ante la posibilidad de que se estrelle en la costa oeste de Francia.

La cuarta película de Julie Delpy como directora nos traslada a la Francia de los años 70 donde una numerosa familia se reúne para celebrar el cumpleaños de la abuela. Como en cualquier reunión familiar que se precie habrá risas, anécdotas, canciones, equívocos sexuales, adultos que se comportan como niños y niños que quieren ser adulto. Y como no podría faltar discusiones por ideas políticas enfrentadas en medio de la comida, un clásico de toda reunión familiar.
A pesar de ser una película coral, el personaje de Albertine (interpretada por la joven actriz Lou Alvarez) cobra un especial protagonismo. Niña preadolescente con unos padres bastante abiertos de mentalidad que comienza que empieza a descubrir el amor en aquel verano de 1979.

La gran triunfadora del film es sin duda Julie Delpy, polifacética donde las haya, actúa en la película interpretando a Anna, dirige y además ha escrito el guion. Me atrevería a decir que el personaje de Albertine tiene mucho de autobiográfico y que Delpy nos ha querido mostrar cómo fue su infancia en la Bretaña.
Una comedia bastante predecible, floja y con algún que otro chiste ya bastante manido. Los personajes no consiguen llegar del todo, ni siquiera el entrañable tío Loulou, un anciano con problemas psicológicos. Lo que sí es seguro es que el espectador verá a su propia familia reflejada en la pantalla, pues cuando una familia se junta, da igual la época o la nacionalidad, las situaciones son siempre las mismas.
