Revista Espiritualidad

¿En qué ando metido?

Por Joanillo @silosenovendo

Creo que los tiempos de crisis no ayudan en nada a la iniciativa dado que todo proyecto futuro está muy condicionado por la incertidumbre que perciba su emprendedor, y en épocas de carestía se percibe mucha. Necesitamos recuperar la confianza, ¡¡qué duda cabe!!, y en ello llevamos ya varios años sin que intuyamos cuándo veremos el final del túnel. Esta incertidumbre forma parte de nuestro contexto actual y con ella tenemos que convivir.
Pero por otro lado está la acuciante necesidad de muchas personas de recuperar una estabilidad económica que perdieron en este dramático trance, solución que en muchos casos pasa por el emprendimiento dada la dificultad para encontrar trabajo por cuenta ajena. ¿Y como compaginamos ambas cosas, esto es, la incertidumbre del momento con la necesidad imperiosa de emprender?
Desde mi punto de vista y dado que lo segundo no es demorable en el tiempo para muchas personas (el emprendimiento, la necesidad de lograr dotarse de unos recursos económicos regulares), debemos actuar sobre la primera variable: ¿cómo disipar parte de esa incertidumbre?
Con este planteamiento en la mente, desde hace unos meses vengo metido en un proyecto que persigue ayudar a personas con una idea de negocio a tener la seguridad suficiente como para atreverse a dar el paso. España y la sociedad en general, necesita a esa gente para salir de esta. ¿Quién sino va a echarle gasolina al motor de la economía que ahora está al ralentí?
La idea sobre la que trabajo es ayudar a simular del modo más fiable posible cómo deberían ser las interrelaciones futuras de una empresa con sus proveedores, inversores, clientes, empleados... para lograr con ello que el proyecto sea viable desde el punto de vista operativo. A modo de ejemplo, puedo contar que recientemente supervisé una muy buena idea de negocio que, cuando fue puesta sobre el panel, se evidenció totalmente inviable desde el punto de vista operativo, simplemente porque sus promotores no podía asumir todas las actividades críticas que se requerían para el buen fin de la empresa. O se aumentaba el personal interno o aquello no era implementable. Este tipo de planteamientos erróneos son los que tratamos de hacer aflorar "sobre el papel", antes de que sean llevados a la práctica y ocasionen dramáticas consecuencias para los emprendedores.
Una vez que las cosas cuadran desde el punto de vista operativo, lo siguiente es revisar su viabilidad económica, esto es, que los costes que supone poner en marcha la idea se vean compensados a corto plazo por unos ingresos recurrentes. Y remarco lo de "corto plazo", porque a día de hoy debemos diseñar los negocios de modo diferente al pasado y contemplar el hecho de que no contaremos con un gran colchón financiero para la arrancada, lo que nos obliga a ser muy precisos en el diseño de toda la estructura y en el plan comercial, para que los ingresos afloren lo más pronto posible y cubran los costes de salida.
Simular todo esto de modo "virtual" ayuda a reducir la incertidumbre y minimiza el riesgo de fracaso, por no hablar del ahorro que supone al evitar errores iniciales que siempre acaban teniendo su repercusión en la cuenta de resultados. 
Ese es el camino en el que creo y por ello estoy metido en esta aventura; no podemos decirle a los potenciales emprendedores que demoren su andadura hasta que los tiempos les ofrezcan un horizonte más despejado de nubarrones. Para muchos de ellos, empezar es una cuestión de supervivencia. Lo que podemos hacer es colaborar para que su idea salga lo más madura posible, a sabiendas que aunque nunca tendremos la certeza de que nuestro proyecto va a funcionar (eso solo lo dice el tiempo), sí conseguiremos que los imprevistos no nos tumben el negocio a las primeras de cambio.
Les invito a entrar en la página www.creatumodelodenegocio.com y a conocer más a fondo esta iniciativa. En esta aventura estamos embarcados Mar Castro en la parte de comunicación organizacional (www.marcastro.es), Simone Serasini en lo que toca a innovación y afloramiento de ideas (www.comosermascreativo.com) y quien les escribe (Juan José Romero) en lo tocante a estrategia corporativa, juntamente con los dos socios fundadores de Social Business School (Jesús Hortal y Katy Galán) y la cooperación de una empresa de capital-riesgo (addquity) que también podrá apoyar algunas de las iniciativas más interesantes que gestionemos. Finalizo con un agradecimiento a Luis López García (Logaidea) por su implicación ("full-time") en el diseño de la marca corporativa.
¡¡Para lo que precisen!! Un cordial saludo
Juan José Romero

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