La Comisión Europea ha desvelado los detalles de sus planes para crear un Mercado Único Digital, con el que pretende asumir la revolución digital mediante el derribo de barreras regulatorias y convertir en un solo mercado a los 28 países, lo que podría suponer a la economía comunitaria 415.000 millones de euros anuales y crear 3,8 millones de empleos.
El comisario europeo de Sociedad Digital, Guenther Oettinger / OLIVIER HOSLET (EFE)
La estrategia incluye un conjunto de 16 acciones a ser logradas para finales de 2016. Se basa en tres pilares: un mejor acceso de consumidores y empresas a los bienes y servicios digitales en toda Europa; la creación de las condiciones adecuadas y la igualdad de condiciones para que las redes digitales y los servicios innovadores puedan prosperar; y maximizar el potencial de crecimiento de la economía digital.
La Comisión quiere armonizar las normas de contratación entre empresas y consumidores online. Se trata tanto de bienes físicos como de consumo: un libro electrónico, por ejemplo, o una aplicación. Con esta medida, Bruselas pretende aumentar la confianza de los consumidores, ya que solo el 38% de los europeos se atreve a comprar por internet en otro país.
El 62% de las empresas europeas afirma que existen demasiadas barreras para poder distribuir en otros países de la UE. La Comisión quiere eliminar trabas y rebajar el precio de distribución, porque cree que así se reducirá también el precio final del producto para el consumidor.
El Ejecutivo comunitario quiere eliminar las fronteras digitales injustificadas a la hora de consumir contenido de un país a otro. Por ejemplo, para que los ciudadanos europeos no tengan restringido el acceso a tiendas virtuales de ningún Estado miembro.
La hoja de ruta incluye también crear un copyright a nivel europeo para finales de 2015 y para ello facilitará la expedición de licencias de derechos. El objetivo es que los consumidores tengan más y mejor acceso a todos los contenidos generados en la UE y luchar contra la piratería.
Bruselas considera que el Viejo Continente ha perdido pie en la carrera tecnológica como consecuencia de la fragmentación y diversidad de sus legislaciones nacionales. Y pretende superar esas barreras no sólo para recuperar terreno en mercados como las telecomunicaciones, las redes sociales o la economía colaborativa, sino también para evitar perderlo en sectores e industrias que ahora son europeos.
El Mercado Único Digital cuenta con una desventaja: el tiempo. Antes de que estas propuestas se conviertan en hechos tendrán que pasar el filtro del resto de instituciones. Una de las primeras fechas clave será el Consejo Europeo de junio. En el caso de que haya consenso, estos proyectos se trasladarán al Parlamento y después tendrán que ser ratificadas por el Consejo de nuevo. Además, los Estados miembros tendrán que regular estas medidas favoreciendo el potencial del mercado.