La implementación del concepto de ciudades esponja está ganando tracción a nivel global, con varios ejemplos destacados que muestran su viabilidad y beneficios.
A continuación, se presentan algunos casos notables de ciudades que han adoptado este enfoque innovador en la gestión del agua.
En China, la ciudad de Wuhan ha emergido como una pionera en la adopción del concepto de ciudades esponja. Wuhan, conocida por ser el foco inicial del COVID-19 y por sus frecuentes inundaciones debido a su ubicación en la confluencia del río Yangtsé y el río Han, ha implementado una serie de medidas para aumentar su capacidad de absorción de agua.
Las medidas implementadas en Wuhan incluyen la creación de numerosos parques y jardines de lluvia, la instalación de pavimentos permeables y la construcción de humedales artificiales, no sólo habiendo reducido estas intervenciones significativamente la escorrentía superficial y el riesgo de inundaciones, sino que también han mejorado la calidad del agua y proporcionado nuevos espacios verdes para los residentes.
Otro ejemplo prominente es la ciudad de Copenhague en Dinamarca. Esta ciudad ha adoptado una estrategia integral para convertirse en una ciudad esponja, con un enfoque en la creación de infraestructura verde para gestionar el agua de lluvia.
Copenhague ha desarrollado proyectos innovadores como el parque de Superkilen y el área de Sankt Kjelds, donde se han implementado soluciones como calles verdes, plazas permeables y sistemas de almacenamiento subterráneo de agua. Estos proyectos no solo mejoran la gestión del agua, sino que también embellecen el entorno urbano y crean espacios públicos atractivos y funcionales.
En Australia, Melbourne se destaca por sus iniciativas para convertirse en una ciudad esponja, habiendo implementado una serie de proyectos de infraestructura verde que incluyen techos verdes, jardines de lluvia y sistemas de recolección de agua de lluvia.
Un ejemplo notable es el proyecto de la plaza Birrarung Marr, donde se ha construido un sistema de jardines de lluvia que recoge y filtra el agua de lluvia, reduciendo la escorrentía y mejorando la calidad del agua que llega al río Yarra. Además, Melbourne ha promovido activamente la participación comunitaria en la gestión del agua, educando a los residentes sobre la importancia de la sostenibilidad hídrica.
Nueva York en Estados Unidos también ha adoptado elementos del concepto de ciudades esponja como parte de su plan de resiliencia climática, desarrollando el programa de Infraestructura Verde de Nueva York, que incluye la instalación de techos verdes, jardines de lluvia, calles verdes y sistemas de almacenamiento de agua.
Uno de los proyectos más emblemáticos es la transformación de la costa de la ciudad con parques y áreas verdes que actúan como esponjas naturales, absorbiendo el agua de lluvia y mitigando el riesgo de inundaciones. Estos proyectos no solo mejoran la gestión del agua, sino que también aumentan la biodiversidad urbana y ofrecen espacios recreativos para los residentes.
En el sudeste asiático, Singapur ha sido un líder en la implementación de soluciones de ciudades esponja. Singapur ha desarrollado una serie de proyectos innovadores bajo su estrategia de Active, Beautiful, Clean Waters (ABC Waters), que integra soluciones de infraestructura verde en el diseño sostenible urbano.
En Singapur, un ejemplo destacado es el Parque Bishan-Ang Mo Kio, donde se ha transformado un canal de drenaje de cemento en un río naturalizado con humedales y áreas de retención de agua. Este proyecto no sólo mejora la capacidad de la ciudad para gestionar el agua de lluvia, sino que también ha creado un espacio verde vibrante que es muy apreciado por la comunidad local.
En Latinoamérica, la ciudad de Ciudad de México está adoptando medidas para convertirse en una ciudad esponja, iniciando proyectos de infraestructura verde como parte de su programa de adaptación al cambio climático. Estos proyectos incluyen la creación de parques urbanos con jardines de lluvia, la instalación de pavimentos permeables y la restauración de humedales.
Un proyecto notable es el Parque Ecológico de Xochimilco, donde se han implementado técnicas de gestión de agua sostenible para mejorar la retención y filtración de agua de lluvia, reduciendo así el riesgo de inundaciones y mejorando la calidad del agua en la región.
Estos ejemplos demuestran cómo el concepto de ciudades esponja puede adaptarse a diferentes contextos geográficos y culturales, proporcionando soluciones efectivas y sostenibles para la gestión del agua urbana.
Cada una de estas ciudades ha mostrado que, mediante la integración de infraestructura verde y la promoción de un enfoque holístico en la gestión del agua, es posible mejorar la resiliencia urbana, reducir el riesgo de desastres naturales y crear entornos urbanos más saludables y sostenibles.
La experiencia de estas ciudades ofrece valiosas lecciones y modelos a seguir para otras ciudades en el camino hacia la sostenibilidad hídrica y la resiliencia climática.
En conclusión, las ciudades esponja, con un diseño ecointeligente y una gestión holística del agua, tienen el potencial de transformar nuestra relación con el agua y de establecer un nuevo estándar para el desarrollo urbano sostenible en las décadas venideras.
El artículo ¿En qué consiste una ciudad esponja? (2) se publicó primero en ecointeligencia.