Que hombres y mujeres somos diferentes no soprende a nadie. Ellos saben cambiar una rueda y nosotras sabemos que es más cómodo llamar a la grúa que nos facilita el Seguro. Mi siguiente entrada va a tratar de esas diferencia entre sexos y como todos estamos muy suspicaces con estos temas quiero aclarar que voy a hablar sobre el 99% de los hombres; si te ofende es que perteneces al 1% restante. Quien no se consuela es porque no quiere.
Una de las diferencias que más me ha llamado la atención desde que era pequeñita, adorable e inocente; ha sido los razonamientos de ambos sexos ante situaciones comunes. Y para muestra un botón, voy a poner algunos ejemplos:
Petición de amistad de un desconocido/a:
Chica: Otro babas que intenta agregar a todas las tías que va viendo. Pervertido.
Chico: Le he gustado y quiere tener sexo conmigo.
Petición de amistad de un conocido/a:
Chica: Ah, mira quién me ha encontrado. Qué majo.
Chico: Le he gustado y quiere tener sexo conmigo.
Me gusta en Facebook y retuit en Twitter
Chica: Debe tener los mismos gustos que yo/ Debe tener la misma opinión que yo.
Chico: Quiere que sepa que quiere tener sexo conmigo.
Alguien del sexo opuesto inicia una conversación vía WhatsApp o similiares:
Chica: Tiene ganas de charlar.
Chico: Tiene ganas de sexo y además está colada por mí.
Elogio por cómo sienta alguna prenda:
Chica: Es amable, gay o me está tirando los tejos. (Depende de dónde mire cuando te lo dice).
Chico: Quiere verme sin ropa, claramente.
Te rechaza educadamente
Chica: Es gay.
Chico: Se está haciendo la dura pero en el fondo quiere tener sexo conmigo. Insistiré un poco más.
Vuestras miradas se cruzan en un bar y giras el rostro.
Chica: …
Chico: Le da corte que sepa que quiere acostarse conmigo. Iré a proponérselo.
Te invita a tomar algo:
Chica: Eso es que le gusto.
Chico: ¿Qué quiere decir con eso?
Y hasta aquí mi demostración sobre cómo funciona la mente humana, espero que os haya entretenido y enseñado que no todo acercamiento femenino va seguido de otra intención que no sea la de ser amigos. Y vosotras, si sabéis que le gustáis, no os hagáis las locas porque en cuanto le rechacéis seréis unas calientabraguetas como mínimo.
¡Feliz martes!