En un partido para el infarto, San Lorenzo se sacó la mufa

El Ciclón había hecho todo bien y parecía que se quedaba sin nada, pero jugó un gran segundo tiempo y consiguió una victoria ante Newell’s que le permitió salir de la zona de descenso directo.

San Lorenzo hizo todo lo que requería el momento. La dirigencia puso las entradas a mitad de precio para que se acerque más público al Nuevo Gasómetro. La gente respondió y se acercó en gran número. Y el equipo salió al campo de juego con sed de victoria.

Y, para que nada quede librado al azar, Caruso mandó a un alcanzapelotas colorado –aprovechando la fama de mufas que tienen las personas con el cabello de dicho color- a saludar al arquero visitante y a ubicarse siempre detrás de su arco.

El mediático DT dejó en el banco a Romagnoli y fue de entrada Bazán, y los de Boedo arrancaron jugando inteligentemente. Abriendo la cancha y explotando al máximo los desbordes de Buffarini –incansable, nuevo ídolo de la parcialidad azulgrana- y del volante que ingresó por el Pipi, inquietaba a Peratta mediante centros.

Así estuvo cerca de ponerse en ventaja. Bueno y Gigliotti lo tuvieron en los minutos iniciales, pero no pudieron quebrantar el cero. Hasta que, en una jugada aislada, Pablo Pérez clavó un golazo desde la puerta del área. Migliore nada pudo hacer y Newell’s, a los 14 minutos, se ponía 1 a 0.

Para colmo, a los 30 el conjunto rosarino amplió su ventaja. Tras un grosero error de Pablo Alvarado, quien dejó corto un pase atrás, Fabián Muñoz definió fuerte y arriba ante la desesperada salida de Migliore, podiendo el 2 a 0.

A esta altura, los jugadores cuervos ya se habían salido del libreto y no podían generar situaciones de gol. Los de Rosario manejaban inteligentemente el balón y jugaban con la desesperación del local. Y parecía que todo lo que había hecho bien San Lorenzo pasaba a jugarle en contra. Porque entre el público ganó el nerviosismo y los murmullos eran cada vez más notorios.

Y así se fue el azulgrana al descanso. 2-0 abajo y entre silbidos. Estaba claro que, así, el único resultado posible era la derrota. Por ello, Lombardi mandó a la cancha a Romagnoli por Bazán y el equipo salió a matar o morir.

Así, tras un corner, a los 5 del complemento, Gigliotti de cabeza descontó y alimentó la ilusión. La hazaña era posible. Inmediatamente, Carlos Bueno ingresó por Alvarado y, en la primera que tocó, la mandó a guardar. Buffarini mandó el centro y el uruguayo saltó con comodidad para estampar la igualdad.

San Lorenzo tuvo muchas posibilidades más –Gigliotti se perdió una increíble cuando entraba sólo en el área chica tras un buscapié de Bueno y el uruguayo estrelló un remate contra el travesaño-, pero todo indicaba que el resultada final sería el empate. Sin embargo, a los 42, cuando el encuentro moría, Romagnoli apiló a dos jugadores y envió un centro que alcanzó a desviar con destino de red el ex All Boys y deliró todo el mundo azulgrana.

Los minutos restantes, los de Boedo se dedicaron a aguantar estos tres puntos que le permiten salir de la zona de descenso directo y seguir soñando con salvarse de todo. Con un segundo tiempo electrizante, el elenco de Caruso demostró, cuando tuvo la soga al cuello, que también puede jugar bien y tomar la iniciativa del partido. Y los hinchas se fueron delirando, al grito de “San Lorenzo es de Primera, de Primera no se va…”. La mufa fue para los rosarinos, que desperdiciaron la chance de ser punteros, al menos por unas horas.