La NASA, otra vez dejando cabos sueltos
[Artículo traducido y adaptado por universoelectrico.blogspot.com a partir de las siguientes fuentes:
Cassini Sees Saturn Electric Link With Enceladus, Enceladus plume movie, Enceladus Cometary Plumes, Jets of Enceladus, y Cassini Captures Ocean-like Spray at Saturn Moon]
Jets (emanaciones) en movimiento, en sentido contrario a la rotación de Enceladus. Curioso ¿no?. Fuente: NASA/Cassini
Se trata de una de las imágenes más impactantes de Enceladus. Corresponde a los “géiseres” en movimiento que tienen lugar cerca de su polo sur.
Es una composición de 4 imágenes de 10 segundos de exposición y que han sido tomadas en un periodo de 36 minutos, dejando intervalos de 12 minutos aprox. entre ellas. Cassini tomó estas imágenes con una cámara de bajo angular a una distancia de unos 145.000 km de Enceladus.
Enceladus es el sexto de los ocho satélites de Saturno (Prometheus, Pandora, Janus, Epimetheus, Mimas, Enceladus, Tethys y Dione). Se trata de una luna pequeña, 504 km de diámetro, pero con unas características realmente asombrosas, tal como fotografió la nave Cassini.
Tamaño comparativo entre Enceladus y las Islas Británicas.
Esta luna de Saturno posee un diámetro de "tan solo" 504 km
Los datos recolectados por la nave Cassini han permitido a los científicos mejorar sus conocimientos sobre la compleja red de interacciones entre el planeta y sus numerosos satélites.
La pregunta del millón es ¿Los géiseres se mueven, incluso todos a la vez? Juzguen ustedes mismos.
Para la NASA, este fenómeno no es otra cosa que emanaciones de agua helada, semejantes a los géiseres de Yellowstone. Eso sí, algunos de estos géiseres alcanzan la nada despreciable altura de ¡480 km!.
Fuente: NASA / Cassini
Los datos analizados corresponden a los recogidos en los vuelos que la nave Cassini realizó por las cercanías de Enceladus en 2008 y 2009, centrándose en la composición de las emanaciones. Las partículas heladas impactaban en el detector a velocidades entre 23.000 y 63.000 km/h, vaporizándose instantáneamente. Los campos eléctricos en el interior del analizador de polvo cósmico separaron los componentes de esta nube emanada.
Los científicos interpretaron que a una profundidad de unos 80 km existen grandes reservas de agua a gran presión. Al abrirse paso hacia la superficie, este agua va disolviendo rocas salinas y, finalmente, cuando encuentra una fisura en la superficie, la diferencia de presión hace que enormes cantidades de agua salina se eleven al espacio de forma explosiva. La mayor parte es directamente vapor de agua y una pequeña parte son pequeños granos de hielo.
Volviendo al comienzo de este artículo, lo que de verdad sorprende sobremanera es el movimiento de estos “géiseres” por la superficie. Por lo tanto habría que preguntarse ¿Es posible que estas emanaciones se deban a otra causa que no sea la salida explosiva de agua a presión?
Lo sorprendente de todo esto es que la NASA ha sentado ya la base para una explicación totalmente diferente de la naturaleza de estos jets. Y lo ha hecho en una reciente publicación de Abril de 2011, titulada “Cassini sees Saturn electric link with Enceladus”. se trata ni más ni menos que de una conexión eléctrica entre Saturno y su satélite Enceladus.
Previamente, los científicos ya habían teorizado que podría existir un circuito eléctrico en Saturno. Después de analizar los datos que Cassini reunió en 2008, los científicos han visto una mancha luminiscente de luz ultravioleta en la parte exterior de la huella auroral, cerca del polo norte de Saturno, que indicaba la presencia del circuito, a pesar de la distancia de 240.000 km con Enceladus. Este anillo luminiscente o huella auroral es el área donde los electrones se precipitan en la atmósfera del planeta siguiendo las líneas de campo magnético. En la ilustración siguiente se aprecia la pequeña región, señalada con un recuadro.
Ilustración de la conexión eléctrica entre Saturno y Enceladus. Fuente: NASA/JPL/University of Colorado/Central Arizona College
El circuito eléctrico, evidentemente, rota alrededor de Saturno acompañando el movimiento de Enceladus, como se aprecia en la siguiente ilustración:
Movimiento del circuito eléctrico en torno a Saturno. Fuente: NASA/JPL/University of Iowa
Como vemos, la NASA ya ha hecho público este descubrimiento hace meses, con ilustraciones y gráficos. Incluso también ha publicado algo objetivo y “tangible”, a la vez que muy curioso: el sonido de esta conexión eléctrica (LINK).
Huella auroral en el polo norte de Saturno, en donde se remarca la zona de contacto con el circuito eléctrico que lo une a Enceladus.
Fuente: NASA/JPL/JHUAPL/University of Colorado/Central Arizona College/SSI
Volviendo al comienzo de este artículo, tenemos un circuito eléctrico que atraviesa Enceladus. Lo más obvio y lógico es deducir que estos jets o emanaciones en su polo sur son una consecuencia del circuito eléctrico. Se trata de descargas de arco eléctrico. De hecho, tal como ya había pronosticado meses antes el equipo de Wallace Thornhill (LINK) “no hay géiseres de agua en el subsuelo de Enceladus, como en Yellowstone. Si la NASA mira bien, encontrará que los jets ‘se mueven por la superficie’. Y en su movimiento por la superficie, los arcos eléctricos que producen los jets crean los canales o surcos observados, cuando excavan y arrancan el material de la superficie y lo aceleran hacia el espacio”.
Enceladus orbita en la región interior de la magnetosfera de Saturno, donde el flujo de partículas (corrientes eléctricas) es alto. Y las corrientes eléctricas en el espacio siguen las líneas de los campos magnéticos. En vista de los análisis, la región del polo sur de Enceladus tiene su propio campo magnético, que concentra una corriente eléctrica en dicha región. De hecho, se encontró un fuerte gradiente del campo magnético durante la máxima aproximación de Cassini a Enceladus –un típico indicador de los límites de corriente.
Los científicos de la NASA tampoco han podido dar una interpretación de por qué está región es mucho más caliente de lo que se podría esperar.
Temperatura esperada en el polo sur de Enceladus (izquierda) y temperatura real medida (derecha).
Fuente: NASA/JPL-Caltech
Si tenemos en cuenta que lo observado no se trata de simples géiseres de agua helada sino de la manifestación de arcos eléctricos, la paradoja queda automáticamente resuelta. Los científicos podrían haber aclarado la situación si se hubiera podido medir la temperatura en la base de las emanaciones. Las descargas eléctricas se focalizan y alcanzan su máxima temperatura en la zona de contacto con la superficie.
Revisemos los conceptos: La situación cambia totalmente si los consideramos géiseres o si los consideramos descargas eléctricas. En el primer caso únicamente hay materia expulsada del subsuelo de Enceladus al espacio, mientras que en el segundo caso hay una descarga eléctrica del espacio hacia la superficie de Enceladus, la cual arranca materia de la superficie y la expulsa hacia el espacio.
Algo similar ocurrió cuando la sonda Galileo sobrevoló Io (una de las asombrosas lunas de Júpiter). Las emanaciones encontradas revelaron una temperatura mucho mayor de lo esperado por la NASA. Cuando Galileo se dispuso a observarlas de cerca, la cámara se sobresaturó. Evidentemente la NASA no estaba preparada para esta sorpresa.
En conclusión, los científicos de la NASA podrían haber ido más allá, y haber aprovechado el descubrimiento del circuito eléctrico entre Saturno y Enceladus para interpretar, en la misma línea, los fenómenos observados en los jets del satélite. Pero una vez más se ha quedado a mitad de camino. En esta ocasión lo tenía muy fácil. Súbitamente se han encontrado con la famosa adivinanza: “blanco y en botella, ¿qué es?”. Pero se ha dado la vuelta y no ha querido responderla.